Locuaz y extrovertida, Sandra Aguilar participó del espíritu olímpico en la villa de Pekín 2008. «El ambiente es diferente a todo, porque representa el gran objetivo de todo deportista profesional. En los Juegos todo el mundo vive su sueño a la vez y se forma una gran familia. Aunque haya grandes figuras, todos somos iguales y lo vives con la misma ilusión. En Pekín compartí momentos con Gasol, Nadal y grandes figuras con las que de otro modo no estás. Da igual el nivel que tengas o si vas a por medalla, porque todos sabemos lo que nos ha costado estar allí. Todos cuidan de todos y se dan ánimos. Se celebran podios, se anima a uno si le fue mal... ¡Mola! Somos una gran familia. Para mí, es una pasada».
-Usted se juega mucho y va a competir sin distracciones. ¿Pero toda esa magia de los Juegos no llega a descentrar?
-No, no, no descentra. Estás en una nube. Los grandes son personas cercanas, en general. A Usain Bolt ya lo había visto en los Mundiales. Y no soy de fotos ni de autógrafos.
-¿Qué rutinas sigue antes de competir?
-Me gusta te levantarme con tiempo para desayunar e ir a dejar los botes en el punto que haya que dejarlos. También me echo la vaselina para las rozaduras. Voy haciendo todo de forma muy relajada. Estás concentrada desde por la mañana. Con el maratón ya el día anterior empieza en cierto sentido el ritual de preparar todo bien.