Sky resiste a los Alpes

La Voz LUIS MIGUEL PASCUAL | EFE

DEPORTES

NICOLAS BOUVY

Cadel Evans lo intentó desde lejos pero le salió el tiro por la culata

22 jul 2012 . Actualizado a las 00:55 h.

El Sky aprobó con nota su primer examen serio en el Tour de Francia, el paso de los Alpes, primera cita de envergadura con la alta montaña, asignatura más floja de su líder, el británico Bradley Wiggins.

La fortaleza del equipo ha quedado de manifiesto en las rampas montañosas y, al término de la etapa reina alpina en La Toussuire, el Sky ocupa las dos primeras plazas de la general, puesto que el también británico Chris Froome se hizo con la segunda posición.

Mientas sus rivales han constatado lo difícil que es hincarle el diente al equipo y bien han fracasado en el intento, como el italiano Vicenzo Nibali, o han salido trasquilados, como el australiano Cadel Evans, que tras subir un descalabro se bajó del podium provisional.

El Sky tiene tan a salvo la carrera que da la sensación de que el único peligro para ellos puede venir de dentro, de la rivalidad entre Wiggins y Froome.

El primero, oficialmente entronizado como jefe de filas para convertirse en el primer británico que llega de amarillo a París, ha gozado hasta ahora del trabajo del segundo que, sin embargo, ha dado una imagen de más fortaleza en la montaña.

En el ascenso a La Toussuire, Froome se permitió el lujo de atacar, un acelerón que pilló desprevenido a su jefe, que en un momento se quedó sólo.

El fantasma de la escisión planeó sobre el Sky. El Tour retuvo el aliento a la espera de que el joven Froome, de 26 años, atacara a su patrón, de 32.

Pero la amenaza de fronda fue de corta duración. Froome fue llamado al orden por el pinganillo y, enseguida, levantó el pie del pedal para esperar a su patrón.

¿Qué hubiera sucedido si el segundo de la pasada Vuelta a España hubiera decidido rodar por sus propios intereses sin pensar en los de Wiggins?

En la ronda española se produjo una situación parecida. Wiggins, que se había caído en la primera semana del Tour, partía como jefe de filas, pero la carretera dictó su ley y acabó dejando a Froome al frente del equipo. Aunque el tiempo que había cedido ayudando a su líder lo pagó en el final, cuando vio como la victoria final se le escapaba por 13 segundos frente a Juan José Cobo.

Tras la etapa, Wiggins explicó el intento de rebelión como un malentendido. «Ha habido un problema con la radio y no podíamos comunicarnos. El ataque de Froome estaba previsto si yo estaba con los mejores», sentenció el maillot amarillo.

Si no hay rebelión, el título de París parece a buen recaudo en la casa de Sky, que ha repelido con solvencia los ataques de sus rivales.

Evans, que aparecía como el más peligroso, fracasó con estrépito en los Alpes. Trató una hazaña marchándose en la Croix de Fer, con 50 durísimos kilómetros por delante, pero el Sky contaba todavía con muchas unidades que acabaron con su intentona.

El australiano pagó el esfuerzo en el ascenso a La Toussurie, cuando se descolgó del grupo de los importantes y acabó cediendo 1.26 segundos con ellos.

El defensor del título, que partía como segundo de la general provisional, cayó hasta el cuarto puesto, a 3.19 del líder.

El principal rival de los Sky es ahora el italiano Vincenzo Nibali, el hombre que más veces ha desafiado a la fortaleza Sky, pero también el que más se ha estrellado contra sus muros.

Lo intentó la víspera en la bajada del Grand Colombier, pero no logró abrir hueco. En La Toussuire lanzó dos fuertes ataques y cobró cierto margen, pero acabó sucumbiendo al tran tran de los británicos.

Primero fue el australiano Michael Rogers, luego su compatriota Richie Porte y, finalmente, Froome. La insistencia del italiano, que encontró un aliado en el belga Jurge van den Broeck, logró, en un momento, dejar aislado a Wiggins, que por primera vez se vio privado de su guardia pretoriana.