Leo Messi, un prodigio en 25 pasos y 6 segundos

antón bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Marcelo del Pozo / Reuters

El argentino Leo Messi deslumbra con un tanto que combina potencia, velocidad y precisión.

24 ene 2012 . Actualizado a las 10:49 h.

Los jugadores estelares emergen en los grandes partidos. La frase, manoseada cuando aparece en el calendario una cita de dimensiones internacionales, se amolda a la perfección a las características del argentino Lionel Messi. El futbolista del Barcelona, el mejor del mundo, crece ante los retos mayúsculos. El pasado domingo lo volvió a demostrar. Completó un hat trick y dibujó un gol solo al alcance de un prodigio. En 25 pasos recorrió algo más de 40 metros a un ritmo extenuante en el que los rivales le perdían de vista las piernas. Un destello de seis segundos propio de un genio.

Con el Real Madrid escapado cinco puntos por encima en la clasificación, todos los focos se centraban en el habilidoso atacante. Parte del bajón que el conjunto dirigido por Guardiola ha experimentado esta temporada fuera de casa se le achacaba a la caída de prestaciones de su estrella cuando el Barcelona disputa sus encuentros fuera del Camp Nou. El equipo visitaba La Rosaleda. Hasta ese momento, Messi solo había logrado un gol lejos de su estadio. Y entonces apareció la versión extrema de un deportista sobresaliente, una mezcla de talento, potencia e inteligencia a partes iguales. Consiguió un triplete, pero fue en el tercer tanto, el cuarto del Barcelona, donde exhibió las cualidades que, con un balón en los pies, lo han catapultado hasta la cima.

Faltaban ocho minutos para la conclusión cuando el Barcelona recupera el balón. Pedrito lanza el contragolpe por la izquierda. En el momento que se aproxima al centro del campo busca a Messi, que aparece más escorado a la derecha, casi en la medular. El cronómetro empieza a contar. Con el primer control de la pelota, con ese toque sutil del exterior de su bota izquierda, desbarata los esfuerzos de Demichelis por detener su avance. Después, dos rivales inician su persecución. Mientras, Messi continúa con el esférico unido al pie. A tal velocidad que no le pueden dar alcance y al borde del área se queda frente a su último escollo. Utiliza un nuevo cambio de ritmo, se abre hacia la izquierda y fusila a Caballero gracias a una elegante definición, gracias a un remate cruzado que se cuela dulcemente en la portería del Málaga. Poco más de 40 metros para pintar una obra maestra. Seis segundos hasta alcanzar una recompensa a su calidad. 26 pasos medidos hacia un objetivo. Controlar, conducir, driblar... Todo a 25 kilómetros por hora, al esprint. Nadie finaliza como Messi.

«Si no empezamos a ganar fuera y cogemos una buena dinámica, no ganaremos la Liga», dijo Guardiola antes del encuentro. Parecía una llamada de socorro a su jugador franquicia. El delantero entendió el mensaje e interpretó su partitura más brillante. En los días previos al choque, Pelé había insinuado que el peso de Messi en la historia todavía es limitado. Él respondió sobre el césped, donde todos los retos parecen pequeños para él, donde dejar de ser un hombre común.