Las cuentas del Deportivo dicen que la deuda con Hacienda es de 34 millones. Y no concretan más información. La empresa auditora dijo en su informe que no recibió la información adecuada para poder manifestar su opinión. Y ayer Lendoiro reconoció, quizá sin pensarlo demasiado, que la situación no es exactamente la que dice en su memoria y en sus balances.
«El total de la deuda no es lo que diga Hacienda, ni lo que diga el Deportivo. El total será lo que diga el juzgado». Reconocer esto es reconocer que las cuentas que fueron aprobadas gracias a las acciones que Lendoiro dice tener delegadas son pura filfa. Tras la junta, se sigue sin saber algo fundamental en el devenir de la entidad, como es la verdadera cuantía que se debe al Estado.
Lo único que concretó el presidente del Deportivo fue que se habían ganado unas actas por un montante de doce millones, pero no dijo qué cantidad de dinero está en juego en los juzgados. Poner en manos de los jueces el futuro de la entidad es reconocer que tiene el Deportivo cogido con alfileres o, lo que es lo mismo, que el futuro del club blanquiazul está fuera de control.