Superar la depresión por la despedida liguera, utilizar a Cristiano Ronaldo como banderín de enganche, sintonizar con una afición que se transforma en las grandes citas y dar la talla en la élite europea después de seis años de sinsabores. Con estas premisas, y el reto tan mourinhista de no encajar gol alguno, afronta el Real Madrid el primer asalto de cuartos de final de la Champions ante el Tottenham, equipo revelación, pero ni mucho menos una gran potencia.
Dispuesto a desafiar a los médicos con tal de disponer de su gente y no buscar alternativas en las que no cree, Mourinho ha alistado voluntarios para la batalla. Entiende que es el momento de arriesgar, aunque exista el peligro de recaídas. Benzema no está, ya que sufrió una pequeña rotura de fibras en el reciente amistoso de Francia contra Croacia, pero tanto Marcelo como Cristiano se encuentran al límite y al contusionado Di María se le espera. Sí está a pleno rendimiento Xabi Alonso, el jugador más insustituible.
El Tottenham se presenta mucho más mermado por las lesiones. Descartados Steven Pienaar, el capitán Ledley King y los defensas Kaboul, Hutton y el ex madridista Woodgate, el técnico Harry Redknapp trata de recuperar a marchas forzadas a varios tocados.
Gallas, Huddlestone y Lennon, máximo asistente del torneo, son duda. Tampoco está en plenitud el puñal Gareth Bale, que se perdió la semana pasada el duelo de su selección, Gales, contra Inglaterra, pero jugará. Es el alma de su equipo. Solo una vez el Tottenham ha disputado unos cuartos de la Champions. Llega con piel de cordero. «Del Madrid nos da miedo todo», confesó Modric, el croata que pone la calidad junto al holandés Van der Vaart.
Alineaciones probables:
Real Madrid: Casillas, Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo, Khedira, Lass, Alonso, Özil, Cristiano y Adebayor.
Tottenham: Gomes, Corluka, Dawson, Bassong, A.-Ekotto, Lennon, Sandro, Modric, Bale, Van der Vaart y Crouch.