El club blanco permanece a la espera de Mourinho

I. Tylko MADRID/COLPISA.

DEPORTES

18 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Por vez primera con Florentino Pérez en la presidencia, el próximo proyecto del Real Madrid se perfila en torno a un entrenador carismático que decida sobre altas y bajas, focalice la atención mediática y disfrute de autoridad sobre la plantilla. La contratación de José Mourinho se acometería después de la final de la Liga de Campeones que enfrente al Inter de Milán y al Bayern de Múnich, el próximo sábado en el Santiago Bernabéu.

Si surgieran problemas en las negociaciones, el plan B pasa por Rafa Benítez, con pie y medio fuera del Liverpool, hoy por hoy muy próximo al Juventus y con un representante, Manuel García Quilón, cercano a Florentino. Y si todo se torciera, una mirada introspectiva conduciría a Míchel, triunfante en el Euro Geta. Podría representar al Madrid lo que Guardiola al Barça.

Después de prescindir de Del Bosque, por considerar que su libro no estaba actualizado, Florentino vio desfilar sin éxito a Queiroz, Camacho, García Remón, Luxemburgo, López Caro y Manuel Pellegrini. De todos ellos, Camacho fue el único que rechazó el rol asignado y dimitió al concluir que el modelo presidencialista restaba atribuciones al entrenador.

Hasta Massimo Moratti, el presidente del Inter de Milán, parece tener asumido que el portugués acabará en Chamartín, donde agradan su carácter ganador, su capacidad para adaptarse a diferentes registros con el Oporto, el Chelsea o el Inter, y su antibarcelonismo. «Puede haber algo de verdad. Entiendo que el Real Madrid busque un técnico para renacer totalmente. Mourinho tiene contrato y hay que ver cómo confrontamos y unimos este documento con su voluntad», afirma Moratti en una entrevista al diario La Repubblica . Mourinho se deja querer. Le encanta el coqueteo.

Asegura que le encantaría entrenar al Madrid, pero matiza que solo tiene 47 años y le quedan 23 de carrera. Su cláusula es de ocho millones.