Laporta no espió a sus directivos por seguridad, sino para conocer cuestiones empresariales y patrimoniales
DEPORTES
Los informes de los cuatro vicepresidentes del Barcelona, encargados por el club y que en un principio se habían efectuado para preservar la seguridad de los mismos, no tienen que ver con este aspecto, sino con cuestiones empresariales y patrimoniales, analizadas en clave electoral, tal y como informaron ayer los periódicos barceloneses El Periódico de Catalunya y La Vanguardia .
Hace unos días se supo que cuatro vicepresidentes del Barça (Jaume Ferrer, Joan Franquesa, Joan Boix y Rafael Yuste) estaban siendo investigados a cargo del club. El director general del Barça, Joan Oliver, salió al paso para explicar que se trató de «una auditoría de seguridad» para «proteger» a los directivos, después de que uno de ellos tuviera indicios de que estaba siendo seguido.
Sin embargo, nuevos datos publicados ayer desmontan esta teoría, al afirmar que los informes, por los cuales el Barça pagó 56.000 euros, se limitan «a cuestiones empresariales y patrimoniales de los investigados». En algunos casos se detallan contenciosos judiciales que podrían tener efectos negativos con vistas a la opinión pública, en unos informes elaborados principalmente para calibrar las posibilidades electorales de los cuatro vicepresidentes investigados con vistas a la cita electoral del año próximo.
En el seno de la directiva se debaten desde hace semanas las posibles candidaturas continuistas con vistas a las próximas elecciones. Por un lado se encuentra el sector más próximo al presidente, Joan Laporta, formado por el vicepresidente Alfons Godall, el único que no ha sido investigado, y del directivo Xavier Sala i Martín. En el otro bando, y con más apoyos, se encuentra un grupo de poco más de media docena de directivos que promueven la candidatura de Jaume Ferrer, actualmente vicepresidente de mercados, pero que no cuenta ni con el apoyo ni la simpatía de Laporta.
En los extractos de los informes, publicados por El Periódico y elaborados por la agencia de detectives Método 3, se incluyen datos, en ocasiones inexactos, que no tienen nada que ver con cuestiones referentes a la seguridad de los investigados.
Laporta está en el ojo del huracán desde que se destapó el asunto del espionaje y ciertos sectores del barcelonismo lo han acusado de la utilización política del club. Al mismo tiempo, su rival en las últimas elecciones, Lluis Bassat, lo acusó de mentir para ganar.