El estadounidense dio la sorpresa al deshacerse del ídolo local, Andy Murray, en cuatro mangas.
04 jul 2009 . Actualizado a las 00:32 h.El suizo Roger Federer y el estadounidense Andy Roddick, segundo y sexto cabezas de serie respectivamente, se clasificaron este viernes para la final del torneo sobre césped de Wimbledon, con lo que aspirarán el domingo a suceder en el palmarés al español Rafael Nadal.
Federer superó con una cierta comodidad al alemán Tommy Haas en tres sets, por 7-6 (7/3), 7-5 y 6-3, mientras que Roddick dio la sorpresa al deshacerse del ídolo local, Andy Murray, en cuatro mangas, por 6-4, 4-6, 7-6 (9/7), 7-6 (7/5).
De esta forma, el suizo evitó medirse al escocés, con el que ha perdido en seis de sus ocho enfrentamientos directos, y tendrá que verse con el estadounidense, con el que su balance es muy favorable, con dieciocho victorias y dos derrotas.
Tras su éxito en Roland Garros, todo parece sonreír a Federer, que en caso de victoria sobre el texano entraría en la historia, quedando como líder en solitario (15) en número de trofeos del Grand Slam, dejando atrás la marca del estadounidense Pete Sampras (14).
Además, un sexto título en Wimbledon, en su séptima final consecutiva, permitiría al suizo regresar, casi un año después, al número uno de la lista ATP, de la que fue desbancado por el español Rafael Nadal, que no pudo defender su título en el All England Club por lesión.
«Es una magnífica ocasión para entrar en los libros de historia del tenis.
No es la única razón por la que juego pero es importante para mí. No sé si vendrá Pete, él verá», dijo el suizo.
Federer no sufrió apenas para dejar fuera a Haas. El marcador parece reñido, pero el total de puntos marcados -112 frente a 81- da una idea más ajustada del dominio del helvético, igual que las dos horas y 2 minutos que duró el partido.
Haas, número 34 mundial a sus 31 años, no fue tan valiente como en su gran victoria del torneo, en cuartos de final ante el serbio Novak Djokovic.
Federer, en cambio, impuso su ley en la red, donde consiguió 38 puntos en 43 subidas, y fue superior desde el fondo de la cancha, con 18 golpes ganadores frente a los 11 del alemán, que se defendió con un gran primer servicio (11 aces).
Por su parte, Roddick rompió las ilusiones locales de ver a un británico en la final y volverá a medirse con Federer en una final del Grand Slam, después de sus derrotas en las de Wimbledon en 2004 y 2005, y en la del Abierto de Estados Unidos en 2006.
Su victoria ante el ídolo local fue merecida. Roddick restó mejor de lo que suele ser habitual en él, con lo que plantó cara en un terreno en el que parecía inferior al escocés.
A pesar de los 25 aces de Murray (cuatro más que Roddick), el tenista de Austin no dejó a su rival sentirse cómodo con el saque, lo que terminó siendo una de las claves del resultado final.
El británico pasó un pobre porcentaje de primeras bolas (una de cada dos, con fases del choque de una de cada tres) y su segundo servicio, poco eficaz, le hizo ser muy vulnerable a los ataques de Roddick, que estuvo muy agresivo.
«La presión era para él, eso puede que me haya ayudado. He jugado muy bien.
Esto me da una oportunidad de ganar otro título del Grand Slam. Es un sueño.
Desde hace un año, él (Murray) es mejor que yo, pero hoy yo he sido un poco mejor que él», comentó el vencedor de la segunda semifinal.
Esta derrota supone un duro golpe para Murray, que tenía como reto convertirse en el primer británico en ganar Wimbledon desde 1936, cuando lo logró Fred Perry.
La eliminación del escocés ha supuesto además un coste elevado (1,15 millones de euros) para los apostantes británicos, que habían confiado de manera entusiasta en las posibilidades de su compatriota, según apuntó un responsable de una importante casa de apuestas.