Button también reina en el caos

DEPORTES

06 abr 2009 . Actualizado a las 13:24 h.

El curioso caso de Jenson Button ya no lo es tanto. Brawn GP dobla la apuesta. Dos carreras, dos triunfos. En Albert Park y en Sepang. En seco y sobre mojado. Con marcha triunfal a lo Schumacher y con remontada. El inglés firmó su segunda victoria en un escenario muy diferente al de Melbourne. Ganó una carrera que se convirtió en un imprevisible baile de neumáticos debido a la lluvia y que se detuvo después de 31 vueltas. Tras 45 minutos de espera, con los pilotos empapados, temiéndose una reanudación casi nocturna, la prueba fue suspendida definitivamente. Button suma solo 5 puntos, la mitad de los 10 que corresponden al vencedor, porque no se completó el 75% de la prueba. Pero dispara su crédito y el de su equipo de cara a las próximas citas del Mundial.

Button, que partía desde la pole position , tuvo que remontar tras una mala salida. Fue superado en el arranque por Jarno Trulli y Nico Rosberg. Y Fernando Alonso lo adelantó en la segunda curva. El asturiano exprimió por fin su KERS y le dio la vuelta a la parrilla en unos segundos. Cortó la recta con tijera desde su izquierda hacia su derecha para saltar de la novena a la cuarta posición. Y le robó a Button el tercer puesto. Después llegó el sufrimiento. Un adelantamiento de Button. Un gran duelo con Barrichello. Un pulso con Webber. Todas ellas, batallas perdidas. A Alonso, cargado de combustible y con un R29 sin la potencia de otros monoplazas, no le quedó más remedio que atrincherarse. Intentar taponar sin éxito la avalancha de rivales más veloces que se le venían encima. Fue testigo del inevitable desfile de los GP Brawn, Raikkonen, Webber, Rosberg...

La lucha por el triunfo se convertía, como en Australia, en un coto cerrado a los agraciados con el difusor trasero. Rosberg, Trulli, Button y Rubens Barrichello pusieron tierra de por medio. El inglés recuperó el primer puesto tras la primera parada el boxes. Hamilton, los Ferrari y Alonso ni siquiera eran una amenaza. El guión empezaba a parecerse al de Melbourne. Hasta que la lluvia propició que el circo del motor hiciera honor a su nombre y ofreciera su cara más circense. El diluvio, como había sucedido en jornadas anteriores, acudió, puntual a su cita con Sepang. Al atardecer, en plena carrera. Como indicaban todas las previsiones, a pesar de que Bernie Ecclestone se empeñara en ignorarlas y retrasara el inicio a las cinco de la tarde por el buen despertar de la audiencia europea. El agua asomó primero de forma tímida. Y después convirtió el circuito en un río.

Alonso, que acabó undécimo, rozó la fortuna por un instante. No había repostado y tenía la oportunidad de cargar combustible y cambiar sus neumáticos en una sola parada. Pero justo antes de entrar en boxes se salió de la pista. Navegó con dificultad sobre la gravilla hasta regresar al asfalto, pero perdió sus opciones de remontada.

La carrera se convirtió en un continuo trasiego de coches y neumáticos. La inmensa mayoría de pilotos optó por los de lluvia extrema cuando no caía agua suficiente. Y cambió a intermedios justo antes de la gran tormenta. La estrategia al revés.

Nuevo desastre de Ferrari

La escudería de Stefano Domenicali, empeñada en suicidarse a golpe de errores de estrategia, condenó a Kimi Raikkonen al colocarle a su F60 los neumáticos de lluvia cuando el asfalto todavía estaba seco. Y las gomas quedaron destrozadas antes de la lluvia. Acabó en el puesto 14. Felipe Massa, que partía desde la posición 16 por un exceso de confianza del equipo en la Q1, fue noveno. El resumen de los despropósitos de Ferrari es demoledor. Dos carreras, cero puntos. Su peor inicio de temporada desde 1992. Un drama para la escudería italiana. La imagen de Raikkonen mientras otros pilotos todavía esperaban bajo la lluvia para saber si se reanudaría la carrera era reveladora. Bermudas, helado de chocolate y una Coca-Cola. Y todo adornado con una sonrisa, aunque muy distinta a la de los tres hombres del podio, los que encabezaban la carrera en la vuelta 31: Button, Nick Heidfeld y Timo Glock. Felices en el caos.