La compra de Torres y la inversión en un estadio ponen en peligro la continuidad del Liverpool
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La Premier League también se ve afectada por la crisis económica. La prensa británica se hizo eco ayer de la conferencia que ofreció en Zúrich Keith Harris, experto en grandes operaciones de la competición inglesa y gran conocedor de los entramados financieros del fútbol. Harris puso en el punto de mira al Liverpool, al que definió como «el club más vulnerable» del Reino Unido, hasta el punto de que aventuró que en breve podría verse obligado a traspasar a Fernando Torres y al resto de sus figuras.
Al Liverpool, que tiene que hacer frente al pago de varios créditos antes de enero, lo esperan tiempos difíciles, desde la venta de jugadores y la imposibilidad de renovar a Rafa Benítez, cuyo contrato finaliza el próximo 30 de junio, hasta la bancarrota.
Tom Hicks y George Gillet, propietarios del club, pueden verse obligados a venderlo si no son capaces, como todo parece indicar, de hacer frente a los préstamos que tienen que abonar hasta el 9 de enero del 2009. «Y si no se renegocian los créditos y no aparece un buen comprador, los bancos se verán obligados a quedarse con el club», explicó Harris, que se mostró muy crítico con la gestión de los propietarios: «Si se hubiera tratado de cualquier otro negocio, ambos ya estarían en la uci».
A pesar de los créditos, Hicks y Gillet no han sido capaces de levantar el nuevo estadio que habían prometido para sustituir a Anfield. El Stanley Park se proyectó en el 2003 y se espera que esté acabado en el año 2011. Todos los negocios que rodearían a las nuevas instalaciones serían la tabla de salvación del club, pero la entidad necesita liquidez de forma inmediata para hacer frente a los pagos.
El Liverpool no es el único equipo de fútbol que atraviesa serias dificultades en Inglaterra. El director deportivo del Chelsea, Peter Kenyon, afirmó después de realizar importantes recortes de personal que hay que «apretarse el cinturón».