Frank Schleck destrona a Evans tras un brutal ataque de su equipo

Benito Urraburu

DEPORTES

21 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

No es la primera vez, ni será la última, en la que un corredor se siente engañado por alguno de sus compañeros de escapada. Es una táctica tan vieja como el mundo del ciclismo. Es lo que le pasó a Egoi Martínez, el corredor navarro de Euskaltel. Resulta extraño que un ciclista veterano como Egoi, 30 años, siete de ellos como profesional, se deje enternecer por uno de los muchos australianos que se está buscando la vida en el mundo del ciclismo, Simon Gerrans. «Sé que he cometido un error. Antes que ser corredor, soy persona. Nos dijo que a falta de 50 kilómetros no podía, que no iba a ser ningún problema para nosotros, que no nos preocupásemos».

¡Vaya si se los dio! Ganó en la cima de Pratonevoso, donde Frank Schleck se vistió de amarillo después de una brutal ofensiva del CSC, que cuando pone a sus huestes a trabajar dejan la carrera molida. La veteranía que dan siete años de profesional, el haber ganado una etapa de Vuelta a España y ser protagonista en el Tour, no le sirvió de nada a un Egoi que estaba totalmente hundido.

José Luis Arrieta, que se quedó al iniciarse Pratonevoso, Simon Gerrans, Danny Pate y Egoi Martínez se escaparon en el kilómetro 12 de la etapa y llegaron a tener 13 minutos y 40 segundos de ventaja. Nadie se preocupó de ellos. Los favoritos para poder ganar este Tour subieron en grupo el Agnello y comenzaron de la misma forma la definitiva ascensión a Pratonevoso. El CSC puso a Cancellara, sobre todo, y Voigt, a trabajar. Es como un rodillo que va soltando lastre por la carretera y asfixiando a los que intentan seguirles.

Carlos Sastre se movió en dos ocasiones. En su primer intento, Menchov le siguió y se llevó a rueda a Cadel Evans, Frank y Andy Schleck, Kreuziger, Vandevelde, Kohl, Samuel Sánchez, Valverde y Cadel Evans. Era una forma de correr que no causaba grandes destrozos. Menchov también atacó. Lo hizo para caerse. Se resbaló con una de las pintadas que había en la carretera. Faltaban tres kilómetros para la meta.

Evans no mostraba ninguna debilidad. No al menos de forma aparente. Pero primero el austríaco Bernhard Kohl y, de nuevo, Sastre le hicieron perder el amarillo. Alejandro Valverde estuvo con ellos. No acabó siendo un hundimiento espectacular, al menos físicamente y en cuanto a tiempo cedido, si se mira los segundos que perdió, 47, pero Evans lo pasó mal. En Jausiers y Alpe D´Huez se verá si lo de Pratonevoso es el inicio de algo más serio.

Frank Schleck fue el gran beneficiado y recuperó así el jersey amarillo que ya había vestido en etapas anteriores. Muy cerca se quedó Kohl, del Gerolsteiner, quinto ayer, quien se aúpa a la segunda plaza. Un segundo por detrás de se ubica ahora Evans, quien terminó la etapa decimotercero.

Si en el ciclismo de hace unos años tres días de alta montaña al máximo nivel no los aguantaba nadie, no parece que en los tiempos que corren alguien lo pueda conseguir. La lógica nos dice que un día malo, o menos bueno, lo van a tener todos. El que mejor lo pase saldrá reforzado de los Alpes, donde nadie este Tour sigue abierto, a la espera de dos días que se anuncian terribles.