La NHL se aprieta el citurón

Víctor Rodríguez MONTREAL

DEPORTES

PETER JONES

Tras un año de parón por la crisis económica, la Liga profesional americana ha vuelto marcada por la reducción en los sueldos que los clubes han impuesto a los jugadores

09 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

El pasado miércoles regresó la competición a la Liga Nacional de Hockey sobre Hielo (NHL), uno de los campeonatos deportivos más importantes de Norteamérica. El pasado año, un grave conflicto laboral entre propietarios y jugadores hizo que la NHL se convirtiese en la primera Liga profesional en suspender sus actividades durante una temporada completa. Al igual que sucedió en el fútbol español, el dinero procedente de las televisiones proporcionó a los clubes unos ingresos extraordinarios a principio de los años noventa, dinero que la mayoría invirtió en el fichajes espectaculares. En diez años, el salario medio de los jugadores aumentó en un 212% y pasó de los seiscientos mil dólares de 1993 a los 1,79 millones de dólares del 2004. Pero la caída de las audiencias hizo que las televisiones renegociasen a la baja los derechos de retransmisión, y las cantidades a percibir por los clubes se redujeron con la misma velocidad con la que años atrás habían aumentado. Alarmante auditoría Una auditoría realizada a finales de 2003 reveló el alarmante nivel de endeudamiento del hockey profesional. A pesar de que el volumen de negocios anual de la NHL ronda los dos mil millones de dólares (unos trescientos mil millones de las antiguas pesetas), sólo once de las treinta franquicias aparecían con las cuentas saneadas. Dos de los clubes -los Ottawa Senators y los Buffalo Sabres- se encontraban en bancarrota, y los diecisiete restantes sumaban pérdidas cercanas a los trescientos millones de dólares. Estas cifras, unidas a la negativa de los jugadores de ver sus salarios recortados, colocó a la NHL en una difícil situación que llevó a la anulación de la temporada 2004-2005. Negociación El pasado mes de julio, tras meses de negociaciones, propietarios y jugadores llegaron a un acuerdo para el regreso de la competición. El pacto alcanzado establece la reducción media de los salarios de los deportistas en un 24% y fija de un tope de ganancias por jugador, que no deberá superar el 20% del presupuesto del club. Como principales contrapartidas, los jugadores verán como se eleva su salario mínimo desde los 185.000 hasta el medio millón de dólares por temporada y podrán disfrutar de mayor libertad a la hora de renegociar sus contratos. Aunque los aficionados desbordan optimismo ante la vuelta del hockey, los analistas se muestran prudentes a la hora de valorar el impacto que la huelga. Recuerdan que una situación semejante provocó la suspensión de las Series Mundiales de béisbol en 1994 y que tuvieron que pasar diez años antes de que el béisbol volviese a lograr cotas de popularidad semejantes a las de antes del conflicto. Otros, como Pascal Beauchamp, gerente de un restaurante del estadio de los Canadiens de Montreal, uno de los equipos con más solera, mezclan el optimismo con la esperanza. «La temporada pasada -señala- fue pésima. Tuvimos que reducir la plantilla en un 20%, pero ahora la gente está de vuelta. Nunca antes había visto tanta expectación durante los partidos de la pretemporada. Después de todo, el hockey es nuestro deporte nacional». Tras las primeras jornadas disputadas (ya van tres), el regreso del público a las canchas es una realidad. Bien diferente es el ánimo de los jugadores a los que, a pesar del acuerdo sellado, no ha sentado nada bien tener que apretarse el cinturón para retomar la competición.