El Celta ensaya con una defensa de emergencia

Marco Groba VIGO

DEPORTES

Cinco centrales están lesionados y Contreras, con su selección

07 oct 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

El entrenador del Celta comenzó a ensayar la defensa de emergencia que utilizará mañana en Balaídos en el derbi contra el Racing de Ferrol. Ayer Fernando Vázquez comprobó en A Madroa que ni Yago ni Méndez están en condiciones de jugar y que lo más probable es que definitivamente no pueda contar mañana con ninguno de sus seis centrales. Yago, que sufre una contractura en el gemelo de su pierna derecha, aseguró que no está en condiciones de jugar y volvió a autodescartarse. Méndez, que se lesionó en el entrenamiento de anteayer en Balaídos, está empeñado en jugar, aunque el estado de su rodilla operada hace dos temporadas dice exactamente lo contrario. El argentino, que sigue cojeando ostensiblemente, apenas pudo trabajar ayer y lo hizo al margen del grupo. El técnico tampoco dispone de Contreras (concentrado con Chile), Berizzo, Sergio (lesionados) y considera que Bouzón (recibió el alta la semana pasada después de ser operado de pubis) no está en condiciones de jugar porque lleva demasiado tiempo parado. Dos zagas distintas Así las cosas, a Fernando Vázquez le tocó ayer la misión de improvisar centrales. Primero probó con un 4-1-4-1 Nagore y el jugador del filial Jorge Rodríguez, que acompañaron a los habituales laterales Ángel e Israel. El resto del once estaba formado por Pinto en la meta; Oubiña en el centro del campo; una línea de ataque formada por Capucho, Canobbio, Jandro y Gustavo López y con Sava en la punta. Más tarde el técnico probó con otra zaga diferente, en la que desplazó a Ángel desde su posición natural hacia el centro de la defensa para acompañar a Nagore. En esta ocasión mantuvo a Israel en la izquierda e introdujo a Isaac para cubrir la derecha. El jugador del Celta B Jorge Rodríguez, que muy probablemente será titular mañana, protagonizó la anécdota de la jornada al llegar al entrenamiento con tres cuartos de hora de retraso. Según explicó en sala de prensa, el motivo fue simplemente que nadie del club le había avisado de que tenía que entrenar con el primer equipo. Es consciente de que, a sus 23 años, está ante una gran oportunidad: «No creo que sea mi última oportunidad, pero sí una muy importante. Espero aprovecharla y cumplir mi objetivo, que es el mismo que el de toda la gente del filial: jugar en el primer equipo».