Riazor comprueba la mejoría

José M. Fernández A CORUÑA

DEPORTES

El Deportivo recibe al rocoso Valencia de Claudio Ranieri con el impulso de su victoria en San Mamés y la entrada en la convocatoria de Duscher y Víctor

21 sep 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

El Deportivo prueba esta noche el efecto que ha producido la victoria en San Mamés. Lo que amenazó con convertirse en un asunto de urgencias se ha transformado en un partido para engancharse definitivamente a la Liga, una oportunidad para unirse al grupo de cabeza y despejar las dudas (o el mal fario) de las últimas semanas. El gol de Luque en el tiempo añadido ha sido el mejor antídoto contra la visita del Valencia, el actual campeón y un rival de entidad, cuyas esencias futbolísticas italianas se han reforzado aún más con el regreso de Claudio Ranieri y las incorporaciones de Corradi, Fiore y Di Vaio, autor este último de tres de los siete tantos marcados por el conjunto valenciano. A Mauro Silva todavía le faltan algún tiempo para volver al equipo y Diego Tristán retrasó su incorporación por una inoportuna gastroenteritis, por lo que, si es fiel a su ideario, Javier Irureta optará por no forzar desde el inicio la reaparición de Duscher y Víctor. Pese a no poder recuperar totalmente su aspecto más saludable, el Dépor sí parece haber superado su peor momento. Lionel Scaloni, el chico para todo, se ha afianzado en un posición ajena a su trayectoria y Fran demostró en San Mamés que hoy por hoy su aportación sigue siendo básica. Con el capitán en el campo, su equipo gana en cordura y creatividad; en criterio. Así ha sido durante más de una década. Más revulsivos Pero hay más señales positivas, algunos indicios de que el conjunto coruñés pudo haber aparcado en San Mamés buena parte de sus cuitas. Pandiani, en racha, ha marcado en cada uno de los partidos de Liga que ha disputado y, pese a sus reticencias a modificar su sistema, Irureta comprobó en Bilbao durante un cuarto de hora que también puede jugar con un par de arietes. O que, incluso en un campo tan complicado como la Catedral , se puede ganar con cinco laterales y dos centrales sobre el césped. Además, el panorama ha mejorado ostensiblemente con una convocatoria en la que han entrado Duscher y Víctor, con lo que el técnico vasco podrá encontrar en el banquillo una gama más amplia de revulsivos para encarar noventa minutos ante, probablemente, el equipo más físico e incómodo de la competición española. Ningún otro rival como el Valencia para encender los ánimos de Riazor; y nadie como el conjunto levantino para hacer olvidar a la grada el disgusto de hace sólo diez días en el mismo escenario ante el Osasuna. Desde la tarde del 14 de mayo de 1994, nada provoca más placer entre la afición deportivista que ver caer al Valencia; así ha sido en ocho de sus últimas diez visitas. De cualquier forma, no conviene apelar exclusivamente a aspectos anímicos para tratar doblegar a un grupo de indudables virtudes futbolísticas. El equipo de Ranieri conserva las el orden, la disciplina, el equilibrio y el derroche físico de la época de Rafa Benítez, ha reforzado su presunta endeblez ofensiva -Di Vaio y Corradi- y tiene en Vicente a uno de los jugadores más en forma del inicio de la Liga. No viaja Aimar, la pieza que encarna el talento de una maquinaria con mejor apariencia que la coruñesa. Aunque, eso sí, a unos y a otros sólo les separan tres puntos. Los que se disputan esta noche en Riazor.