Reportaje | Días agitados antes de la gran cita | Un libro revela que Armstrong le trasladó a la UCI en el 2003 sus sospechas de que tras el gran papel de varios ciclistas en la Dauphiné estaba el dopaje. «Le Monde» señala a los españoles
08 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.Cuando el Tour se acerca siempre se desata la tormenta en el pelotón. La cercanía de la gran cita parece desatar lo mejor y lo peor de los corredores. En este caso, la última polémica surge gracias a las revelaciones de un libro publicado por Daniel Baal, director adjunto de la ronda francesa en el 2003. Baal explica que fue en esa temporada cuando la UCI y la organización del Tour recibió un correo de Lance Armstrong que sembró la sospecha. El estadounidense, extrañado por el gran rendimiento de varios ciclistas en la Dauphiné Libéré, recomendó que se extremaran los controles antidopaje para buscar hemoglobina sintética. El periódico galo Le Monde recogió la información añadiendo un pequeño detalle: que las declaraciones de Armstrong apuntaban directamente a ciclistas españoles. El campeón del Tour negó ayer que hubiera mencionado algún nombre o nacionalidad. Pero si simplemente aludió a corredores que destacaron en la Dauphiné contra pronóstico, lo cierto es que cinco españoles finalizaron entre los diez primeros en el 2003. Iban Mayo fue segundo. Francisco Mancebo, Iñigo Chaurreau, Juan Miguel Mercado y Alberto López de Munain también se situaron entre los mejores. Le Monde recordó que los españoles están protagonizando a partes iguales éxitos y especulaciones esta temporada. En Francia, rápidamente se han desempolvado las revelaciones de Jesús Manzano, que protagonizó páginas y páginas con mil detalles sobre los métodos de dopaje que utilizaba en el Kelme. Incluso se recordó que David Etxbarria, del Euskaltel, fue excluido de la Bicicleta Vasca por superar la tasa de hematocrito permitida. Y las protestas de Joseba Beloki porque la legislación francesa no permite que utilice un medicamento con corticoides para combatir sus problemas respiratorios. Todo sirve para que la bicicleta se hunda más en el lodazal. Lo extraño es que Armstrong, antes tan comedido ante casos de dopaje y harto de que le señalen a él como privilegiado a la hora de medicarse, lanzara una acusación tan genérica como falta de pruebas. Quizás porque siente que su hegemonía está amenazada.