El delantero Iván Zamorano fue sancionado con once partidos de suspensión por el Tribunal de Penalidades del fútbol chileno, tras ser expulsado el pasado domingo por agredir e insultar a un árbitro en la final del Torneo de Apertura entre el campeón Cobreloa y el Colo Colo. El delantero del Colo Colo de treinta y cinco años, y considerado un caballero dentro del terreno de juego, agredió con un patada y un manotazo al árbitro Carlos Chandía, quien dirigió el partido que Cobreloa ganó por cuatro goles a cero. Zamorano no se presentó a la audiencia, especulándose sobre la posibilidad de su retirada del fútbol activo, como se lo ha comentado a la gente de su entorno y a los jugadores de Colo Colo. Con este castigo, las puertas de la retirada de Bam-Bam se abrieron de par en par y el actual embajador de la Unicef -nombramiento honorífico que recibió precisamente por su comportamiento tanto dentro como fuera del campo- lo debe estar pensando seriamente. Pese a que Zamorano carecía de antecedentes en el tribunal, éste le aplicó una drástica sanción, a pesar de su condición de ídolo de los aficionados. Aunque Bam-Bam pidió perdón a Chandía y se arrepintió de su inusual arrebato -que observó repetidamente por la televisión- su carrera ejemplar se verá manchada por este episodio ocurrido el pasado domingo en el estadio Municipal de Calama.