Los Bucaneros vencieron a los Raiders en una Super Bowl que volvió a ser la excusa para montar un espectáculo patriótico
27 ene 2003 . Actualizado a las 06:00 h.Carlos Santana abrió el show del deporte estadounidense con su «Mujer de magia negra» y su «Oye cómo va». Bien, dirían los Bucaneros. Para ellos fue la Super Bowl tras derrotar a los Raiders de Oakland por 48-21. El resultado, una sorpresa, por cierto, casi es un dato anecdótico que hay que rescatar de toda la parafernalia que vivió el Qualcomm Stadium en la noche más intensa del fútbol americano. La mejor defensa se impuso al mejor ataque. Aunque, como siempre, triunfó ese espectáculo puramente consumista y estadounidense que mezcla yardas, ganchitos, palomitas, perritos calientes, animadoras, cantantes y, sobre todo, barras y estrellas. Un cóctel recargado que paraliza a todo un país. Tras la salida de los equipos, para acentuar el espíritu americano de la cuestión, la canadiense Celine Dion interpretó « God Bless America» (Dios bendiga a América), una canción cuya popularidad se ha incrementado hasta límites insospechados después de los atentados del 11 de septiembre. Después, el himno oficial, cantado con obligada devoción por el trío Dixie Chicks, no muy conocido a este lado del Atlántico. Ese fue el pistoletazo de salida para el partido. Oakland, un máquina perfecta en ataque a lo largo de los últimos años se atascó ante la defensa de Tampa Bay. Un resultado nada rentable para muchos de los que buscaron ganancias en las apuestas ilegales, cifradas en más de 8.000 millones de euros. No se cumplieron los pronósticos. Jon Gruden se convirtió en el entrenador más joven en la historia de la NFL en ganar un partido de Super Bowl. Y Martín Gramática logró ser el primer argentino el anotarse un triunfo de este tipo. Pero si abruman los récords, o el juego desarrollado por los gigantes de 130 kilos, igual de sorprendente es la velocidad con la que montan y desmontan el escenario antes, durante y después del enfrentamiento. Todo para el lucimiento de Gwen Stefani, Sting y Shania Twain. Entre canción y canción, los seguidores devoran anuncios por cuya emisión se pagan 2,1 millones de euros. La fiesta fue para San Diego y los disturbios para Oakland, donde la policía arrestó a unas 65 personas y dispersó a decenas con gases lacrimógenos y balas de goma. El lunar de una jornada que, en Estados Unidos, es el Día Acción de Gracias... por el fútbol (americano, claro).