Una pobre España sólo vence por la mínima a Bulgaria

Guillermo Sánchez GRANADA

DEPORTES

El equipo de Iñaki Sáez no convenció y mostró demasiadas carencias en su juego.

20 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

Poco positivo se puede sacar del partido-prueba que disputó anoche la selección española en el que se impuso por 1-0, tanto marcado por José Mari. España ganó porque enfrente tuvo un rival muy flojo, no porque realizase un buen fútbol. Durante el primer tiempo el equipo español estuvo discreto, marcó el gol y mostró después sus carencias. En el segundo periodo, con cinco cambios de entrada, el juego fue malo de verdad, desorganizado. Buena actitud, pero faltó intensidad. La selección española tuvo un inicio muy esperanzador, con buen juego, rapidez, llevando el balón por las bandas y obligando a Bulgaria a meterse en su área. El equipo de Saéz llegaba con gran facilidad y José Mari se encargaba de abrir espacios en la defensa rival gracias a su movilidad por toda la línea atacante. Una perfecta pared entre Baraja y Vicente la culminó José Mari para anotar su primer gol con la selección nacional. Pero lo que tan bien había empezado y que presagiaba un festival español se fue diluyendo poco a poco. Los búlgaros adelantaron sus líneas, presionaron más arriba y llevaron peligro para la meta que defendía Casillas. Fue más un defecto español que virtud búlgara. Porque España sólo tuvo una vía de penetración, la banda izquierda por donde Vicente llevó todo el peligro, aunque no contó con la ayuda de Guti, fuera de sitio. Bulgaria aprendió la lección y taponó al extremo español. El juego de la selección se quedó medio cojo. Por la banda derecha actuó Mendieta, que tiene otro estilo, sin pegarse a la cal y que, además, sigue sin cuajar una buena actuación con el equipo nacional. Un problema menos para Bulgaria. Que además se dio cuenta de que era Baraja el único conductor del juego español en el centro del campo. Marcaron más de cera al centrocampista del Valencia y el equipo de Sáez dejó de funcionar. La movilidad y entrega de José Mari, que evidenció que no es un delantero centro nato, ya no llevaba tanto peligro, aunque gozó de dos buenas oportunidades. Aunque la mejor fue un remate de cabeza de Guti al poste. Jugada que surgió de una falta a Vicente que fue dentro del área sin que el árbitro pitase penalti. Cinco cambios de golpe hizo Iñaki Sáez en el descanso. Entraron Cañizares (por Casillas), Helguera (Puyol), Xavi (Baraja), Etxeberria (Mendieta) y Tristán (José Mari). Poco después Capi (Guti). El equipo español se desordenó y perdió el control del juego a pesar del trabajo de Xavi. Además, Vicente, que siguió en el campo, intervino mucho menos. España siguió coja en ataque por mucho que Etxeberria se pegase a la derecha. Hasta el minuto 26 de este segundo periodo no remató con peligro España por medio de Capi. Prueba del mal juego del equipo de Sáez. Por si fuera poco, en el transcurso del partido, Diego Tristán dio el susto del día. El algabeño se llevó la mano a la rodilla y se dirigió al banquillo. Allí, le atendieron los servicios médicos de la selección. Al final, todo quedó en un golpe y el deportivista pudo continuar sobre el césped de los Cármenes. Incluso llegó a gozar de alguna buena oportunidad, si bien, evidenció que todavía se no encuentra al nivel que este jugador puede llegar a dar de sí.