EL MUNDIAL Y LA HUELGA

La Voz ,

DEPORTES

12 jun 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuando le ganamos a Eslovenia ya dije aquí que la gran derrotada era Francia, que con Zidane o sin Zidane mordió el césped de Corea. Y por eso concluyo ahora, con España invicta y Francia eliminada, que ya hemos ganado «nuestro» Mundial particular, y que ya tenemos justificación para darle al palique durante cuatro años más. Porque si los franceses cayeron por debilidad, endiosamiento y desprecio del rival, nuestra selección ¿¡la mejor de todas!¿ sólo puede ser eliminada por un árbitro sinvergüenza, o por una de esas fatídicas circunstancias que explican las frecuentes derrotas de las Armadas Invencibles. ¡Primeros, invictos, admirados, ganando partidos con los suplentes y haciendo un fútbol ofensivo que ni siquiera necesita de la jugada ensayada, del balón parado o del contragolpe sorpresivo! Nunca antes habíamos tenido tanta gloria tan lejos de esta nuestra Liga de Juan Palomo (yo me lo guiso y yo me lo como), que es la mejor del mundo cuando la analizamos nosotros y nos escuchan nuestros aficionados. Pero lo que hoy me preocupa no es el fútbol, sino la huelga general. Porque me estoy imaginando qué pasaría si los chicos de José Antonio Camacho jugasen el día 20, y si los trabajadores de Antena 3 tirasen del machete para impulsar esa huelga que tanto necesitan España y su revolución sindicalista. El tema es tan importante que, aunque ya sé que el día 20 no se disputa ningún encuentro de la Copa del Mundo, vale la pena trabajarlo en hipótesis: ¿Cuántos españoles estarían dispuestos a perderse un partido de la selección española para luchar contra la política social del Gobierno? ¿Cuántos adeptos le quedarían a una huelga que, en vez de birlarnos unas horas de trabajo, sin dramatismo y sin consecuencias, nos privase de un partido del Mundial? ¿Cuánta gente estaría dispuesta a apagar la tele durante el tiempo de descanso de un España-Alemania, por ejemplo, para coger la pancarta y echarse a la calle? Si usted responde a mis preguntas se habrá dado cuenta de que tiene razón Aznar, y de que el PP no se juega casi nada en este envite que es, en cualquier caso, menos importante que un partido de fútbol. Pero yo le sugiero que se calle y siga a su aire, confeccionando la mencionada pancarta. Porque si el Gobierno se entera de la jugada, suspende las retransmisiones programadas y, de acuerdo con la doctrina del interés general, nos las endilga todas el jueves. Y sería lamentable. Porque esta huelga es muy importante para España, ¡si no hay partido!