FÚTBOL INTERNACIONAL Argentina espera con ambición el Mundial del 2002 con su fe futbolística en una camada de pibes de fútbol deslumbrante unida al empuje de Martín Palermo. Riquelme, Pablo Aimar _diez de Boca y de River, respectivamente_, y Saviola despiertan la esperanza en la hinchada sudamericana y la ambición en los clubes europeos. Riquelme ha materializado el pisalo de Bilardo, pero más aplicado al balón, que disfruta feliz bajo sus botas que en la mano de otros jugadores. Imposible robarle la pelota y, cuando parece inevitable, esgrime el arma del pase. Salió de la cantera de Argentinos Juniors, como Maradona o Redondo. Pero debutó en Primera con el Boca y se convirtió en su cerebro.
29 nov 2000 . Actualizado a las 06:00 h.Y sin el estilismo de Riquelme, pero en la boca de gol, Martín Palermo, el Loco. El máximo goleador de la década de los noventa de los xeneize. Temible juego aéreo y comportamiento imprevisible dentro y fuera de la cancha. Varias personalidades futbolísticas y psicológicas se esconden dentro del ariete. Capaz de variopintos logros. De fallar tres penaltis en el mismo partido con la albiceleste. De lucir un mechón teñido de rabioso rubio. De ser el primer argentino en conseguir dos dianas en la Intercontinental. De posar vestido de mujer a lo Dennis Rodman para una revista. Maradona lo recomendó para el Boca y se emparejó en ataque con Guillermo Schelotto. Con sus dos goles ante el Madrid, los Fondos de Inversión del club xeneize han subido en bolsa. En la otra orilla se mueve el centrocampista Pablo Aimar. Un veterano de 21 años en el River Plate. Juan Pablo iba a ser su nombre, pero, cosas del destino, el día antes de su nacimiento Argentina ganaba el Mundial 78 con César Luis Menotti en el banquillo. Conclusión, se cayó Juan en favor de César en homenaje al técnico de la albiceleste. Su compañero Saviola fue un bocado codiciado por el Barça. La prensa inventó un nuevo adjetivo para describir sus jugadas: maradonianas. Y es que Europa y Sudamérica buscan un nuevo diamante, es decir, un nuevo Diego, en la mina argentina.