Pete Doherty, rehabilitado: «Lo más duro es que tu madre te diga, "¿qué pasó con mi hijo?"»

La Voz

CULTURA

SANDRA ALONSO

El «enfant terrible» del rock de los 2000 presenta documental autobiográfico, «Stranger in my own skin », dirigido por su actual pareja, Katia De Vidas

21 ene 2024 . Actualizado a las 20:13 h.

Pete Doherty (Hexham, Reino Unido, 1979), el enfant terrible del rock de los 2000, ya no acapara titulares, hace tiempo que no duerme en la cárcel y ha dejado de consumir heroína. A sus 44 años, el cantante de The Libertines prefiere que le llamen Peter y se le empañan los ojos al contar que a los adictos como él, la gente que los quiere deja de reconocerlos. «Ellos ven a otra persona. De lo más duro que tuve que oír fue a alguien a quien quería decirme "no eres la persona que creía, pensaba que te conocía". Mi propia madre me dijo: "¿Qué pasó con mi hijo?"», comenta durante una entrevista en París para promocionar su documental Peter Doherty: Stranger in my own skin (Extraño en mi propia piel).

Esos son los fantasmas que aparecen su mente cuando trata de explicar el título de esta pieza biográfica, que comparte nombre con una canción de Babyshambles, la banda en la que Doherty se volcó cuando fue expulsado de The Libertines en el 2004 por sus problemas con las drogas. Llegó a estar entre rejas por robar en casa de su compañero de grupo, Carl Barât.

«Tenía que estar siempre haciendo nuevos amigos, normalmente otros adictos —rememora—, para que no hubiera posibilidad de que me juzgaran, de que me dijeran eso de que ya no era el mismo». Fue la cantante francesa Katia De Vidas, directora del documental y su actual pareja, quien se empeñó en bautizar así el filme, que Doherty bromeaba con llamar Not fucked forever. Esa es realmente la historia que la película cuenta, la de un adicto que pese a una juventud frenética de escándalos, excesos y rock and roll, logró escapar de la maldición que se llevó demasiado pronto a tantos otros ídolos de la música.

De Vidas no esconde, por ejemplo, los planos del músico inyectándose heroína o casi incendiando una habitación rociada con líquido de mechero. Recuerda los diez años de rodaje como una aventura, porque admite que eran jóvenes e ingenuos. «Fueron diez años de nuestra vida en los que nos divertimos mucho. Yo creo que la gravedad del problema no sobrepasaba ese sentimiento de aventura, de emoción que teníamos (...) Esas escenas de drogas no quería especialmente filmarlas en el momento, porque no entendía realmente la gravedad del problema. Eso llegó mucho más tarde», apunta. Doherty agrega: «Creo que no estoy realmente listo todavía para hablar de estas cosas, quizás en diez años»..

Una vida tranquila en Normandía

La vida que ambos comparten ahora, instalados en la región francesa de Normandía, nada tiene que ver con la que llevaba en los noventa Pete Doherty, que por entonces salía con la supermodelo Kate Moss. «(Ahora) es una vida tranquila, de veras. Pasear a los perros, ver un poco la tele, cuidar al bebé [se convirtieron en padres el pasado mayo], a veces salir a cenar... Pasear a los perros de nuevo. Y ocasionalmente vamos de gira», explica el músico en referencia al proyecto Peter Doherty & The Puta Madres, que también incluye a De Vidas.

A su propio papel en la historia de la música, en la que a menudo el escándalo eclipsó su talento, no le adjudica gran valor, a pesar de haber tenido un público entregado. «Creo que puedo pensar en al menos 11 personas de las que sé seguro que conecté con ellas musicalmente», bromea Doherty sin ínfulas de estrella de rock. «No me importa nada más. La gente tiene diferentes ideas, pero yo no creo que mi vida lleve asignada ninguna gran relevancia cultural», reflexiona.