Rocío Saiz: «El día que me desnude y no pase nada igual daré todos los conciertos con camiseta»
CULTURA
La artista denunciada en Murcia por enseñar los pechos actúa el viernes 7 de julio en el ciclo Atardeceres do Gaiás de Santiago
06 jul 2023 . Actualizado a las 22:33 h.El pasado 24 de junio Rocío Saiz actuaba en un concierto del Orgullo en Murcia. Tal y como suele hacer en sus recitales, en un momento dado se quitó la camiseta mostrando los pechos. Cuando se dejaba contagiar de la euforia del público, un policía dio la orden: o se tapaba o paraba el concierto. Cubierta con una bandera arcoíris, las imágenes se viralizaron a velocidad de vértigo provocando una gran polémica que todavía colea. Mañana viernes 7 de julio actúa en los Atardeceres do Gaiás (Santiago, Cidade da Cultura, 21.00 horas, entrada libre).
—Marc Rós de Sidonie se acaba de subir al escenario para desnudarse con usted. ¿Cómo surgió eso?
—Bueno, Marc se ha desnudado muchas veces antes. Pero a él siempre lo han alabado y es maravilloso. Viene conmigo y estalla el mundo. Él me dijo: «El concierto es tuyo. Te animo a que nos desnudemos los dos. ¡Y veo que empieza a desnudarse entero!». Pero no es ni medio normal la cantidad de odio que les ha caído a Sidonie en las redes sociales. La idea fue de ellos. Me lo dijeron: «Vamos a publicar esto para apoyarte». Yo les dije que se preparasen para la que les iba a caer. Cuando lo vives en tus carnes te das cuenta de la violencia que sufrimos.
—¿Prevé esas reacciones de rechazo cuando actúa?
—No. Siempre recibo algún mensaje de «¡qué asco!», pero en general la gente que me ve ya sabe lo que hay. En realidad, el público es maravilloso. En Murcia, por ejemplo, la gente fue increíble. Se desnudaron muchas. En Madrid, también. El público quiere libertad, el que no quiere libertad es quien nos gobierna.
—¿Qué le pasó por la cabeza en Murcia cuando actuando le dicen que van a parar el concierto?
—Aquel día tenía un borracho en primera fila todo el tiempo tocándome, escupiéndome y diciendo guarradas. Le dije a la policía que lo quitaran de allí, pero para eso no intervienen. Intervienen cuando les da la gana. Estaban obcecados en que yo me vistiera. Pero me pilló en un día en el que había hecho diez horas de viaje desde Navarra. Llegué, me tomé una ensalada y subí al escenario. Me pilló harta, con el furor uterino a mil. Le dije: «El que vas a tener un problema eres tú».
—Hace dos años Rigoberta Bandini cantó: «¿Por qué dan tanto miedo nuestras tetas?». La pregunta sigue flotando en el ambiente.
—Bueno, yo llevo diez años desnudándome. Siempre digo lo mismo: yo pongo el cuerpo y Rigoberta ha puesto la canción. No se desnuda. Ella ha hecho un himno, pero el cuerpo lo ponemos otras.
—¿Pero por qué ese miedo?
—Porque al hombre le dan miedo las mujeres. Es tan fácil como eso. Creen que van a perder sus privilegios y es absurdo. El feminismo enseña, no castiga. Si un marido tiene miedo de que su mujer trabaje, cómo no va a tener miedo de alguien enseñando sus tetas. Es sexualizar algo que tenemos todos. A mí no me daría miedo ver un pene en el escenario. Me daría gracia.
—Pues estos días la noticia era que sigue enseñando los pechos.
—Lo sé. ¿Sabes por qué lo sigo haciendo? Pues porque es noticia. El día que me desnude y no pase nada igual daré todos los conciertos con la camiseta [risas]. Cuando fundamos Mujeres en la Industria Musical era para acabar con el machismo en los festivales. El día que no existamos es porque las cosas van bien. Y eso es aplicable a cualquier discurso de odio. Pero bueno, yo quiero que la gente venga al concierto por la música y me conozca por el show que, de verdad, va a ser muy divertido. No quiero ser conocida por las tetas, sino por el espectáculo que impacta. La Fura dels Baus decían que cuando los ibas a ver tenían que provocarte algún sentimiento o reacción, aunque fuera vomitar.
—¿Generar una reacción sí o sí?
—Justo. Porque entre broma y broma el mensaje asoma.
—Su música se mueve entre el italo-disco y figuras poderosas como Rocío Jurado. ¿Se ve ahí?
—Por supuesto. De hecho, el otro día un tío dijo: «Rocío Jurado nunca se desnudaría». ¿Perdona? A Rocío Jurado no le dejaron hacer muchas cosas, pero tenía una fuerza de los mares. Yo me veo como una coplera del siglo XXI pero bajo el paraguas del pop. Me encanta Carlos Berlanga, que siempre escribía desde el sentimiento de sufrir, pero queriendo estar bien. Cuando hago música hago canciones para llorar mientras estas bailando.
—Rocío Jurado no se desnudaba, pero incomodaba con su actitud a mucha gente en los setenta.
—Y Mari Trini también. Hay muchas mujeres que desafiaron lo establecido. Me gusta haber venido de eso. Me gusta que en mi casa se haya escuchado esto, en lugar de otras bandas. Me siento muy orgullosa de tener un pasado coplero. De hecho, muchas coplas son totalmente feministas.
—¿Bajo la apariencia ligera del pop hace activismo político?
—Totalmente. Voy a publicar un corto que se llama Zona de confort. Salgo yo, que parece que hago el imbécil. Pero si te pones a analizar bien es una autocrítica sobre que no nos movemos de donde estamos por el miedo. Hay que luchar contra ello. El miedo no son mis tetas, es que Ryanair te deje tirado o no tener dinero para poder dar de comer a tu hijo.
«Me han cancelado muchísimo, pero duermo tranquila»
Requerida por el colectivo profesional LesWorking, en abril del 2022 Rocío Saiz hizo una intervención en el Congreso de los Diputados para hablar de visibilidad lésbica e igualdad en la industria cultural. «Me dijeron que si lo hacía yo el mensaje iba a llegar más. Llevo mucho tiempo sintiendo esa discriminación y expresé lo que sentía. Los artistas tenemos mucha voz y creo que debemos ser combativos», reflexiona.
—¿Eso penaliza en España?
—Sí, claro. A mí me han cancelado muchísimo. Y el problema es lo que no veo. Imagino que muchos ayuntamientos no quieren ver mi nombre ni en pintura. El año que viene a ver si tengo trabajo, pero yo duermo tranquila. No sé si lo hacen muchos compañeros y compañeras. Seguramente sí, porque tienen casas gigantes y yo vivo en la precariedad más absoluta. Yo es que siento que tengo esta misión.
—¿Ocuparán artistas como usted alguna vez los puestos de los que no incomodan?
—El artista que incomoda nunca va a ocupar ese puesto. Igual que una persona que incomode no va a dirigir nunca una empresa, a no ser que sea de apellido. Al final, somos todos títeres dirigidos por un club de personas.
—En los últimos años aparecen festivales con carteles paritarios fomentados por los ayuntamientos. Pero usted ve una grieta y pregunta: ¿qué hay de los cachés?
—Y de los horarios. Incluso las entrevistas. ¿Quién da más entrevistas y quién da menos? ¿Cómo funciona el algoritmo de Spotify, que penaliza si tienes una voz femenina? ¡Es muy fuerte! Incluso en el metaverso ha habido una violación. En todos los lugares que buscas trabajo lo primero que te salen son hombres blancos heteros. Nos tienen controladas. Por eso da tanto miedo que haya una inteligencia artificial igualitaria y que no sea machista.