Fundación Ciec, donde el arte huele a aguarrás, grasa del tórculo y tintas

CULTURA

MARCOS MÍGUEZ

Arrancan los cursos de verano tras un máster con artistas de cinco países

09 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Hicimos una exposición de Marcoida, que había fallecido hacía tiempo. Vino la viuda y los hijos. Al poco de entrar vi que se emocionaban y estaban a punto de llorar. Pensé: ‘¿Qué hemos hecho?’. Se acercó la hija y me dijo: ‘Estamos muy emocionados porque cuando mi padre vivía nuestra casa olía a esto, porque tenía el taller en casa’. Una vez que murió su padre el olor se fue perdiendo y al entrar aquí lo recordaron». Es el olor del aguarrás, la grasa del tórculo y las tintas utilizadas en el Centro Internacional de Estampa Contemporánea (Ciec) de Betanzos.

Lo ocurrido con la familia del pintor y grabador madrileño Antonio Rodríguez Marcoida (1941-1993) lo cuenta Pedro Galilea, director de la Fundación Ciec. Lo hace en la balconada interior de un edificio proyectado en 1923 por el arquitecto Rafael González Villar para acoger comercio, banco y vivienda. A este patio interior, que conserva la estructura de la tienda de telas, acuden desde el 19 de julio los alumnos de los cursos de verano «que se llevan organizando desde 1985 de forma ininterrumpida: somos los más longevos de España de obra gráfica. Incluso el año pasado los hicimos, aunque solo con ocho personas».

La amplitud del local hace que el aforo en la pandemia sea de hasta 80 personas. Por ello, el día 23 hubo un concierto, el de los ferrolanos Roger y Amparo Arias musicando poemas de William Blake, «muy conocido por su obra gráfica, pero también por su poesía», apunta Galilea. Roger Arias puso música a 24 poemas de Blake, escogiendo diez para el disco Strange Mystery Flower sing William Blake.

El concierto supuso «el pistoletazo de salida de los cursos de verano que se celebran por quincenas, con clases por las tardes. Serán cinco entre julio y agosto y en ellos «puede participar todo el mundo porque se imparten desde los conocimientos básicos hasta donde pueda llegar cada uno», apunta Galilea. Destaca la diversidad del alumnado: «El grueso es de 23 a 36 años pero ya tuvimos a una señora inglesa que era botánica, dibujaba y tenía 75 años». Lo mismo ocurre con el profesorado: «Tenemos profesores incluso eméritos, como Manolo Silvestre que es catedrático de serigrafía, pero también a Alberto Martí que tiene 38 años y viene de Cerdeña porque hace la serigrafía de una manera especial».

Estos cursos hacen del Ciec un punto de encuentro cultural puesto que es «gente muy diversa que llega a un sitio donde encuentra gente que tienen sus mismas inquietudes», señala su director. La procedencia atraviesa fronteras y así estos cursos de verano llegan después del habitual máster de obra gráfica «que empieza en octubre y acaba en julio. Son cuatro módulos impartidos por distintos profesores. El último, que terminó ahora, fue complicado y empezamos con solo cuatro alumnos aunque al final acabaron siendo 18. Vinieron dos chicas de Argentina, y gente de Brasil, Francia, Inglaterra y Bulgaria». Entre los asistentes están quienes reciben las becas anuales que concede la Fundación Ciec para formarse en Betanzos.

Dicha fundación se creó «para difundir el arte gráfico y eso lo hace por días vías: la formativa, dedicada a los artistas y la parte dedicada al publico que tiene una exposición que se visita en la primera planta donde hay obras de Picasso, Miró, Dalí, Tapies, Saura...», destaca Galilea. Por ello «no sabemos si somos una colección con taller o un taller con colección. Lo que si está claro es que para visitarla tienes que pasar por el taller, olerlo. Así, para nosotros es mucho más fácil explicar lo qué es la obra gráfica».

Formación y exposición hacen del Ciec un caso singular: «Que de forma estable haya un centro con colección y que imparta formación no hay nada en España e incluso en Europa no creo que haya mucho. Tenemos acuerdos con universidades españolas y con escuelas de bellas artes de Francia, Italia y Portugal. Ellos vienen y se les convalida como un Erasmus. En España tenemos acuerdos con País Vasco, Barcelona, Sevilla y Altea».

A la conexión internacional del Ciec contribuye el Premio Internacional de Arte Gráfico Jesús Núñez, creador e impulsor de este centro. El galardón lo convoca la Diputación coruñesa y el año pasado celebró su 16ª edición, con la participación de 150 obras de artistas de más de 20 países. El catálogo de este premio «es un escaparate muy importante para los nuevos artistas», destaca Galilea y apunta que Jesús Núñez, junto con Máximo Ramos en Ferrol y Prieto Nespereira en Ourense, son tres artistas gallegos referentes en el arte gráfico y dan nombre a otros tantos relevantes premios.