Cristina Branco: «Para mantener la tradición hay que evolucionarla; yo lo intento con el fado»

Montse García Iglesias
Montse García SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

La cantante Cristina Branco asegura que ahora se siente «más fadista que nunca»
La cantante Cristina Branco asegura que ahora se siente «más fadista que nunca» SANDRA ALONSO

La intérprete hará un recorrido por la música de Portugal en los conciertos que ofrece en Santiago y A Coruña con la Real Filharmonía

12 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La Real Filharmonía de Galicia dedicará los conciertos que ofrecerá el jueves en Santiago (20.30 horas, Auditorio de Galicia) y el viernes en A Coruña (20.30 horas, Teatro Colón) a la música portuguesa. La encargada de ponerle voz a las dieciséis piezas que conforman el repertorio será la cantante Cristina Branco (Almeirim, 1972), que por primera vez actuará con la orquesta -aunque ya estuvo más veces en Galicia, donde dice sentirse en casa-. Estará acompañada por el pianista Mário Laginha y la guitarra portuguesa de Miguel Amaral.

-¿En qué basaron el repertorio?

-Lo que pensamos hacer es una historia de la música hecha en Portugal; de la música más antigua, la tradicional, hasta ahora; desde el norte hasta el sur, y después del fado. Hay una mezcla de tradición y también tres canciones que hizo el pianista Mário Laginha para mí.

-Su acercamiento al fado llega a los 18 años con un álbum de Amália Rodrigues que le regaló su abuelo, aunque en el disco, paradójicamente, no había fado. ¿Cómo se produjo la conexión?

-Me acerqué sobre todo a su voz. A los 18 años lo que me encantó fue la voz de Amália Rodrigues, la intención con que decía las palabras, más que el fado. Yo me enamoré del fado tradicional mucho más tarde, pero a los 18 años lo que me cautivó fue la voz, la intensidad y la capacidad de contar una historia de Amália.

- ¿Cuándo se enamoró del fado?

-Mucho más tarde. Con 18 años, incluso con veinte o veintimuchos, hay una irreverencia de cambiar todo. Yo lo sentía todo el tiempo, pero sin escuchar de verdad la tradición. Con la experiencia de la vida, el fado llegó a mí de una forma muy dulce pero muy concreta. De un momento a otro, me enteré de que el fado me interesaba para aprender más cada vez que buscaba la contemporaneidad, porque para esto tienes que saber la tradición. Lo que comprendí en un momento cerca de los treinta o treintaimuchos es que el fado era importante para llegar a la contemporaneidad que estaba buscando en mi música. Tienes que saber las bases para después crecer.

-Siempre hay puristas. ¿Nunca tuvo temor a la hora de innovar?

-No, al contrario. Me gusta porque estoy convencida de que para que la tradición se mantenga hay que evolucionarla, siempre tienes que buscar algo más lejos para traerlo a casa. Yo lo intento con el fado.

-¿Sería fadista sin el disco que le regaló su abuelo?

-Soy fadista cuando canto fado tradicional, pero cuando no lo hago soy una cantante. Cuando empecé a cantar yo no era fadista, pero cantaba muchos más fados que hoy. Actualmente, canto menos fados tradicionales pero me siento más fadista que nunca.

-Rompe el tópico de asociar el fado a la saudade, la tristeza.

-El fado habla de la sociedad, de las personas, y no estamos siempre tristes. El fado es una música de emociones, hay que retratarlas todas y a mí encanta cuando puedes mostrar a los otros la alegría que está presente en una música que parte de las entrañas.

-En su último disco, «Branco», hay letras de ocho autores, ¿qué le pide a una letra?

-En este disco y en el anterior, trabajé con autores muy jóvenes, de entre 20 y 30 años, que vienen de un área musical completamente diferente del fado y del jazz, que son las áreas principales donde yo habito. Vienen del indie, de la música independiente. Lo que les pedí a todos es que mirasen la realidad, a su vida diaria y que escribiesen e hiciesen música contemporánea. Yo sé que la música indie portuguesa tiene una conexión de alguna forma con el fado, hay toda una tonalidad menor que está en la música independiente portuguesa que también está en el fado. Para mí eso es historia, es algo que es portugués. Eso me encantó. Para mí la conexión de estos discos con el fado se realiza a través de esta tonalidad menor.