-A los que han salido de su edición de «OT» no les va nada mal...
-Creo que ninguno de nosotros nos podemos quejar... [ríe]. No nos falta trabajo y estamos teniendo la oportunidad de dedicarnos a lo que nos gusta. Además, creo que todos somos muy agradecidos. La vida se está portando muy bien con nosotros, pero también es cierto que estamos todo el rato trabajando y luchando por lo que queremos. Entonces, que las cosas nos vayan bien es un alivio.
-¿Se sienten con responsabilidad de ser líderes, de alguna manera, de su generación?
-Tomar conciencia de eso es complicado. Conocemos el feedback, pero de eso no somos tan conscientes. Por eso, lo que intentamos todos de alguna manera es ver las cosas desde el amor, el respeto y, en definitiva, de lo que consideramos lo mejor posible. Aunque eso no significa que no nos equivoquemos.