Mucho abarca, poco aprieta

miguel anxo fernández

CULTURA

«Plan de fuga» aparenta un thriller cosmopolita e incluso con un buen empaquetado de producción, pero en cuanto los minutos transcurren, su planteamiento argumental se va diluyendo

06 may 2017 . Actualizado a las 10:08 h.

Le pasa como a los mosaicos o a un cuadro impresionista, que, a una distancia prudencial, captamos la figuración representada. Pero, a medida que nos acercamos, se difumina y desaparece. Plan de fuga aparenta un thriller cosmopolita, como homologado para el mercado internacional e incluso con un buen empaquetado de producción. Pero en cuanto los minutos transcurren y los personajes van y vienen, su planteamiento argumental se va diluyendo. Entran en tromba varias propuestas para derivar en un popurrí, que complica su coherencia como obra de género. Debutante en el 2006 con La distancia, el director y guionista vasco Iñaki Dorronsoro filma su propio texto pero quizá le faltó humildad para someterlo a una evaluación previa. Entiéndase, si su formato fuese el de una novela, no pasaría la criba de un editor sensato, sobre todo con el protagonista principal, por mucha voluntad que Alain Hernández ponga en su registro de agente infiltrado, además de reventador de cámaras acorazadas, al que un extraño sentido de la amistad y la solidaridad lo lleva a superar los límites de la ética, su sentido del deber e incluso la lealtad a su superior.

Es un jefe policial, una suerte de mentor-protector que pasa por alto no pocas irregularidades, incluyendo un quiebro final que omitimos para evitar un spoiler. Un Tosar como siempre convincente pero vistiendo a un tipo que no te crees, a no ser, claro, que su papel este cortado por el patrón frívolo de Hollywood. De poco vale que Gutiérrez se crea su papel porque ocurren demasiadas cosas sin redondeo, haciendo bueno el refrán de quien mucho abarca, poco aprieta. Como manda el neo-noir a la española, junto a unas pizcas cuestionando la honestidad de las fuerzas del orden, no faltan referencias a la banca maloliente, la política corrupta y alguna cosilla más. Quizá muy vistas. Sería tremendo caer en el espejismo de que somos cracs del género. Que éxitos recientes hayan funcionado ante la crítica y el público ni mucho menos indican buena salud. Lástima que Dorronsoro y su gente no hayan dado una pensada previa al guion.