Libros que llegan hasta el último rincón de nuestras vidas

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Óscar Cela

En un hospital, un centro penitenciario, un comercio o un aeropuerto, el hábito de la lectura forma parte del día a día de muchas personas

23 abr 2017 . Actualizado a las 12:01 h.

Más allá de su día, 23 de abril, los libros están presentes en la cotidianidad de muchas personas, enriqueciendo sus vidas.

Leer en la cárcel

Entre la literatura, los diccionarios y los manuales de autoayuda. Los pilares de la Tierra, de Ken Follett, es el título más solicitado, con mucha diferencia sobre los demás, por los usuarios de la biblioteca del centro penitenciario de Monterroso. La segunda posición la ocupa El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry. En la lista de los libros más demandados por los internos de este penal lucense figuran El señor de las tinieblas, Mar adentro, Manaos, Motor diésel...

El hecho de que el centro sea una verdadera torre de Babel (hay internos de más de una decena de nacionalidades) hace que en la biblioteca haya en ocasiones esperas para conseguir algunos diccionarios, como son los de español-árabe o español-francés. Tienen mucha demanda también los libros de autoayuda de Alcohólicos Anónimos y los de poesía. Asimismo, los de aventuras como, por ejemplo, Veinte mil leguas de viaje submarino, figuran entre los más reclamados.

La biblioteca tiene catalogados unos 12.000 volúmenes. Se nutre de dotaciones de particulares, asociaciones y de los envíos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. El año pasado, un particular donó 800 ejemplares. El sistema de préstamo es básicamente como el de una biblioteca pública: quince días y un máximo de dos volúmenes por usuario. En cada módulo hay un catálogo para que los internos puedan elegir el título que deseen y uno de ellos hace las funciones de bibliotecario. La media mensual de préstamos es de unos 150 libros. Para fomentar la lectura hay actividades en grupo en las que se anima a los internos a leer; además, hay puestas en común sobre algunos títulos que previamente leen los participantes.

 Libroterapia

CESAR QUIAN

Cuando los sueños de la lectura ayudan a encontrarse mejor. «Casi todos los cuentos son mis preferidos», confiesa Silvia, seis años de curiosidad indecisa que entretuvo su neumonía entre historias y dibujos de papel. Ingresada, como Carlos o la pequeña Cloe, para ellos se acaba de abrir en el Hospital Teresa Herrera de A Coruña una pequeña biblioteca que aspira, como sus usuarios, a seguir creciendo. Está en la Ciberaula, un paréntesis para el entretenimiento en el corazón del Materno. Cuenta con servicio de préstamo e incluso con un buzón para devoluciones por si alguna aventura no da tiempo a terminarla mientras dura la convalecencia. Nacida del empeño de la profe del hospital, Yolanda Amor, que se encargó de la catalogación informática de los fondos, la biblioteca simplemente ha puesto a mano el millar largo de libros que, hasta ahora, se almacenaban en una sala y que la maestra trataba de hacer llegar a esas pequeñas manos de ojos grandes. Se ha ido nutriendo de las generosas donaciones de instituciones y empresas, desde la Consellería de Educación, hasta las fundaciones María José Jove, la Caixa o Atresmedia, pero también de los regalos de particulares. «Esa colección estupenda del cuerpo humano es de una mamá», cuenta Yolanda mientras muestra una selección en la que no faltan desplegables, cómics...

La inauguración se ha hecho coincidir con el Día del Libro y para la ocasión un cartel del diseñador Alberto Aler con un gotero del que caen ejemplares en vez de sueros recuerda el poder curativo de los libros. «Aquí el tiempo se hace muy largo y el libro les sirve a los niños para desconectar de la enfermedad, de lo que están viviendo... los que no saben o no pueden leer, disfrutan con las ilustraciones y siempre se les puede leer a pie de cama», explica Yolanda, convencida de que acercar una historia a un niño enfermo es, de alguna forma, una terapia alternativa. Ella lo sabe de primera mano porque a menudo se encarga de atender las peticiones de los pacientes de larga estancia que viven parte de su infancia aislados por el cáncer. «Yo sí creo que la lectura te puede ayudar a soñar, a trasladarte a otros lugares y en el caso de los niños que están limitados en el espacio, apartados de su entorno, les ayuda a mejorar su situación anímica y a encontrarse mejor», resume una profesora que ha visto cómo un cuento llega a romper la barrera de la timidez y a transformar las emociones cuando la estatura no alcanza las estanterías y el mundo, más acá de la imaginación, se reduce a una habitación de hospital.

Un negocio singular

OSCAR CELA

La primera ferretería-librería de Galicia. Durante casi veinte años, María del Carmen Villadóniga Bolaño tuvo una librería casi enfrente de la histórica capilla de San Roque, en Lugo. Hace cuatro años cerró el negocio y, en unos bajos próximos, montó la primera ferretería-librería de Galicia. En el establecimiento se podía comprar una hoz o alguna de las obras de Saramago. En el momento de su puesta su promotora se mostraba preocupada y decía que tendría que hacer un curso de reciclaje para dominar la sección donde los estantes no tendrían libros sino martillos, taladros, puntas o guadañas. Pasados cuatro años, ganaron los cuchillos. La librería se acaba; la ferretería sigue.

La proporción de ventas no deja lugar a dudas. Solo un libro de vez en cuando, y eso que últimamente el cura de la capilla decidió establecer el negocio de María del Carmen como uno de los puntos de venta de sus libros, como La metáfora en la obra de Paul Ricoeur o Reflexiones religiosas y filosóficas. Pero ni así. El público entra en busca de un tornillo, una navaja, un tubo de silicona, pero los libros del cura José Mouriz allí se quedan, esperando comprador.

María del Carmen lo tiene claro: apenas vende libros. Le quedan unos cuantos ejemplares y, cuando se vayan a alguna casa, en la ferretería ya no habrá más libros, salvo los que lleguen con las revistas y periódicos. Faltan clientes para los ejemplares de papel, pero funciona muy bien, asegura la dueña, la venta de periódicos y revistas. Sin embargo, el caso de Miguel Ángel Corredoira Real es diferente. Fue en busca de un libro que ya no encontraba en otros lugares y acabó llevándose una sartén porque tenía un buen precio. Corredoira, vecino del barrio, fue a por ¡Comprometeos!, de Stéphane Hessel, para hacer un regalo. Corredoira es uno de los ciudadanos más comprometidos de Lugo. Esta última semana recogió cientos de firmas para reclamar la mejora de la N-VI a su paso por O Corgo y anteriormente fue uno de los activistas de la campaña para conseguir el servicio de radioterapia en Lugo y también la hemodinámica para el Hospital Lucus Augusti. «Conseguimos case 44.000 firmas», recuerda Corredoira. «Como di Hessel no seu libro, xa non basta con indignarse. ¡É preciso pasar a acción!».

Libros sin fronteras

Una buena historia para llevarse a un viaje en avión. Triunfan la novela negra y la novela histórica. Si uno se va a pasar un número considerable de horas dentro de un avión, qué mejor que llevarse una buena historia debajo del brazo. Lo piensan muchos de los pasajeros que cada día pasan por el aeropuerto de Lavacolla, rebautizado ahora con un nombre muy apropiado para este Día del Libro: Rosalía de Castro. «Yo acabo de leer este y me encanta», dice una de esas viajeras. Se refiere a Cuando llegue la luz, de Clara Sánchez. Pero ahora «para este viaje» lleva Patria, de Fernando Aranburu. Y ese libro está entre los más vendidos en la librería Relay, en la terminal de salidas. El mes pasado fue el número uno. Ahora está entre los tres preferidos del público. Yolanda, una de las trabajadoras de la librería Relay en la terminal de salidas coge Fariña, de Nacho Carretero. Y mientras lo tiene en la mano dice: «Este estivo esgotado». «Triunfa moito a novela histórica e a novela negra», explica Yolanda, junto a la estantería de los más vendidos en el aeropuerto. Hay un poco de todo, pero sobre todo, títulos de novela histórica. También hay algo de autoayuda. El arte de no amargarse la vida, aunque un título antiguo, todavía es un hit. Y el siempre presente Paulo Coelho.

¿Hay un perfil de lector aeroportuario? Lo hay. Se deciden por un libro, sobre todo, personas de mediana edad, porque los jóvenes suelen ser más dados al ebook. También trabajadores. Por allí pasa Maquis, una gran lectora y empleada de Iberia. «Si ves mi bolsa del uniforme hay un libro de Ramón Pernas, que me compré hace poco». Si tiene 15 minutos de tiempo muerto, «sacas el libro y lees. Hay un montón de tiempos muertos que me gusta aprovechar. Que luego socializo, ¿eh?», bromea. Yolanda apuesta por que es la lectora más empedernida que hay en Lavacolla, porque en un mes puede comprar dos o tres libros. Maquis dice que en Iberia se lee mucho. Sobre todo las mujeres. «Fundamentalmente me gusta la novela histórica», pero «la de verdad». No pudo acabar La catedral del mar, es amante de Posteguillo y la mejor publicista de El murmullo de las abejas. Todavía disfruta de Agatha Christie. Y es capaz de sumergirse de tal manera en la lectura que pierde la noción de donde está.

 Títulos sin papel

Los libros electrónicos también están disponibles en préstamo. Una de las tendencias que se ha ido consolidando en los últimos años es la del préstamo de libros electrónicos. En los últimos tres años, por ejemplo, la Xunta ha puesto en marcha la plataforma GaliciaLe (www.galiciale.gal), que permite el acceso a sendos catálogos con 549 títulos en gallego y 1.695 en castellano. A lo largo del año pasado se registraron cerca de 13.500 préstamos por parte de casi 3.000 usuarios, lo que permite a sus responsables ser optimistas con los resultados y los anima en la línea de seguir ampliando el número de obras para así también ganar nuevos lectores.

También se pueden llevar en préstamo los dispositivos electrónicos, como ocurre en la biblioteca de la Diputación de A Coruña o las bibliotecas municipales de esta ciudad, por ejemplo. En este último caso el lector viene cargado con 3.000 clásicos de la literatura, para disfrutar sin límites de los buenos libros de todas las épocas.

Textos de Xosé Carreira, Rosa Domínguez, Tamara Montero y Xesús Fraga.

Multitud de actividades para festejar el 23 de abril

El 23 de abril es la fecha propicia para festejar el libro de mil maneras, desde regalos, firmas y otras actividades que a lo largo de hoy convierten a Galicia en una verdadera celebración libresca.

Santiago. El Consorcio regalará publicaciones a todas las personas que visiten esta mañana la Casa do Cabido, en Platerías.

Lugo. Los cuatro museos provinciales regalarán libros a sus visitantes hasta el día 30. La Biblioteca Nodal obsequiará con sendos lotes a los usuarios con más documentos en préstamo.

Vilalba. Un libro por una cita: el Concello reparte 24 volúmenes, envueltos, con una cita por fuera; se lo llevará el que adivine qué libro es gracias a la cita.

Vigo. La escritora Isabel Blanco firmará libros en la Casa Cultural e Social de Atios (de 12.00 a 14.00). A las 12.30 actuarán las Cantareiras dos Penediños.

Vilagarcía. El Lectoriño se centra en los pequeños aficionados a los libros. Se podrá ver la muestra O Principiño percorre o mundo, de la colección de ejemplares de Carlos Casares.

Ferrol. En el marco de la feria del libro habrá presentaciones y firmas de ejemplares: 12.00, Luis Davila; 12.30, Cris Cebral; 17.30, José María Paz Gago; 19.00 Carlos de Vilanova. Habrá también una exhibición de partidas de ajedrez simultáneas y una tertulia con Paulino Gasalla (20.30).

Pontevedra. Once librerías locales abrirán en A Ferrería, con diversas actividades, de 12 a 19.30 horas: cuentacuentos con Raquel Queizás o Polo Correo do Vento, actuaciones de LiliCleta, Isabel Risco y Flip Corale.

Marín. Concierto de Xardín Desordenado en la Alameda (12.45) en homenaje a Casares.

A Laracha. Sesión de cuentacuentos y talleres en las bibliotecas (12.00 horas).

Cerceda. En el marco de la Primavera das Letras, Golfiños representa Té, chocolate, café (18.00 horas).

O Carballiño. Recital poético no café cultural Sete Flores (18.30).

Betanzos. Lectura de poemas en la librería Biblos (18.00 horas).