«Si me ofrecieran 'Ocho apellidos gallegos' declinaría, eso es para otros»

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

Rodar «A esmorga» le supuso «un esfuerzo grande» para hablar en gallego

25 nov 2015 . Actualizado a las 10:35 h.

«Muchas veces te levantas en un hotel y no sabes si viniste a rodar esta, a doblar aquella o a hacer la promoción de aquella otra». Esto asegura Carlos Elejalde Garay (Vitoria, 1950), para todos, Karra Elejalde. El actor estuvo el fin de semana entre A Coruña y Vigo con Morris y Miguel de Lira promocionando el filme A esmorga. El viernes pasado había participado en Barcelona en la première de Ocho apellidos catalanes (y el jueves en Madrid).

-¿Dedican tanto tiempo a la promoción como a la película?

-Las promociones de una película normal en este país son Madrid, Barcelona y poco más. En el caso de A esmorga ha habido una implicación de mucha amistad. Para mí ha supuesto un esfuerzo grande, no solo por aprender gallego, estaba con dos monstruos de la interpretación en Galicia como son Morris y Miguel de Lira y lo tenía j... por el inconveniente añadido del idioma. No fue aprender gallego, fue aprender las 15 o 20 frases que me tocaba decir y además había que hacerlo ourensano porque no era lo mismo «miña mai» que «miña nai».

-¿Qué tal las premières de «Ochos apellidos catalanes»?

-La gente sale encantada y mi hija me ha dicho que le gustó más que la anterior. ¡Cuando el equipo juega bien no se mueve nada! Aquí hemos venido a hablar más de lo mismo, no a repetirnos, haciendo itinerar a los personajes por otras geografías y otros estados de ánimo. Hemos hecho fichajes: Berto Romero, Rosa Maria Sardà, Belén Cuesta, los tres espectaculares en su papel. Además, Belén Cuesta hace un guiño a este país, a Galicia.

-¿Habla en gallego?

-El otro día Pablo Iglesias en un desayuno o algo así dijo que por fin había una película en la que se hablan los cuatro idiomas oficiales.

-¿Tendrán que hacer la tercera, «Ocho apellidos gallegos»?

-Tendrán, tendrán. Yo soy un actor. Tendrán que hacerlo los productores, los financieros, quizás algunos actores. Otros. Yo he hecho ya dos de vasquito, hice el anuncio de la gula que abona un poquito ese tipo de cosas, e hice el capítulo uno de El chiringuito de Pepe, que lo han promocionado como si yo estuviera en toda la serie. Hay que ser listo y saber abandonar y creo que va siendo hora. Una película puede funcionar de la h... hacer reir a mucha gente y ser incluso un fenómeno social, pero no por eso es Leduc, Tavernier, Bresson, ? Es un sainete. Y esta segunda (Ocho apellidos catalanes) está además abonada a un género menor que es el vodevil... Para mi abonar más en lo de los vascos excedería la península, no sería ocho apellidos canarios, ocho apellidos gallegos, sería ocho apellidos argentinos, ocho apellidos neoyorkinos.. Imagínate mandar a Koldo a Nueva York, eso ya podría ser una pasada.

-¿Para no encasillarse?

-No por miedo a encasillarme porque he hecho cincuenta y tantas películas y he sido un actor con un registro amplio que lo mismo hago un psicópata, que hago un mariquita, que hago un camionero... Pero no es bueno abonar el personaje. Si me ofrecieran una tercera ocasión declinaría, diría muchas gracias, sabiendo que me ofrecerían mucho dinero y renunciaría a él porque.... Te cuento una anécdota: Mercero hizo Verano azul y ahí estaba un actorazo que era Antonio Ferrandis, que odiaba que le llamaran Chanquete. Lo mismo que mi amiga Carmen Machi odia que la que la paren y le llamen Aida. Tú ya no eres eso, eso ya pasó, has evolucionado, estás en otro momento. Yo he sido muchos años Airbag, habiendo hecho muchos trabajos mejores y supongo que también he hecho trabajos mejores que Koldo, por muy celebrado que haya sido.

-¿Usted tiene los ocho apellidos vascos?

-No, tengo cinco de los ocho. Me la suda totalmente el RH y todas esas bobadas. Soy ciudadano del mundo y tampoco soy del PNV como mi personaje: soy mas bien un marxista itinerando hacia la acracia.

-¿Es cierto que robó «El capital» en una librería?

-En El Corte Inglés, pero era El manifiesto comunista. Había que leerlo. Y robábamos esprais para hacer pintadas. Eramos clandestinos. Yo era de la Unión de Juventudes Maoístas. Tenía un carné en el que estaban los cinco fantásticos como les llamaba yo: Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao. Y si te cogían con ese cané te daban un amasijo de h... y era obligado llevarlo.

-¿Sigue escribiendo canciones para los grupos de rock?

-Lo que sigo escribiendo son poemas, porque una canción no deja de ser un poema. He escrito para muchos grupos y tocaba con Korroskada. Cuando hacía teatro, formé cuatro o cinco grupos de teatro independiente, siempre poníamos música en directo y muchas veces cantaba Nacho, de Cicatriz, Evaristo, el de La Polla Records, y muchas veces había que escribir canciones ad hoc para los espectáculos.

-¿Va a publicar esos poemas?

-Muchos de ellos son porno, son erótico cachondos. Soy bastante extrovertido, pero enseñar lo que escribo no me gusta.

Un programa para TVE de productos en extinción y el filme de superación «Cien metros»

Aunque no parece necesitar mucha más, la promoción de la última película ocupará a Elejalde en los próximos días. En medio también se ocupa de A esmorga, un trabajo «de una productora pequeña que ha hecho una película muy de aquí que ha tenido una enorme repercusión aquí. No tanto, por desgracia -lamenta-, en el resto de España porque no en vano Blanco Amor no es de obligada lectura en las escuelas. Y entonces hay que venir a apoyarla».

-Cuando pase esta vorágine, ¿que tiene previsto hacer?

-Haré un programa para Televisión Española sobre productos que están casi extinguiéndose que tiene que ver con la gastronomía, sean vegetales o animales. Eso me sacará un poco de esta vorágine del trabajo.

-¿Y la siguiente película?

-Después, en febrero, junto con Dani Rovira, empezaremos a rodar Cien metros, que es una historia muy bonita y está muy bien que dos premiados con un Goya de comedia cambien el chip. Un actor tiene que ser todoterreno, que no se quede solo en la comedia. Se lo sugerí yo a Dani, él aceptó y la productora también. Es la vida de Ramón Arroyo, que tenía una esclerosis múltiple, que quienes la sufren tienen problemas hasta para atarse los zapatos, y asumió el reto, la osadía de hacerse ironman. Es decir, hacer 3,8 millas marinas nadando, 180 kilómetros en bicicleta y 42 kilómetros de una maratón; y eso en un día: sales del mar y coges la bici, algo tremendo.

-¿Qué papel hace ahí?

-Yo sería el suegro de Ramón Arroyo, aunque no sé si el protagonista mantendrá el nombre. A mi personaje (que fue entrenador de críos en su día en un colegio) se le ha muerto la esposa y está viviendo un mal momento. Y tiene una pésima relación con su yerno. Es una película de superación personal y este es un papel muy distinto, un reto muy bonito.