Fallece a los 87 años a causa de un cáncer un año después de haber marcado el último hito de su larga carrera, exponer su obra en el museo del Prado
11 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.A Alberto Schommer le consumía que las instituciones negaran a la fotografía el mismo trato que las demás disciplinas artísticas. Dedicó su vida a demostrar que era puro arte y a constatar el poder transformador de la fotografía. Fue un indiscutible maestro del retrato que logró con la cámara y su mirada implacable la misma penetración psicológica que los grandes genios del lienzo con sus paletas y pinceles. Notario de la transformación cultural y social de la España que se reinventaba tras la dictadura, su vida se apagó ayer en San Sebastián. Con 87 años, se la arrebató el cáncer, apenas un año después de haber marcado el último hito de su larga carrera: confrontar su obra con la de sus admirados Velázquez o Goya en el museo del Prado. La fotografía pierde con él uno de los referentes del último medio siglo. Fiel a sí mismo, osado, insobornable, cauteloso ante las innovaciones técnicas, fue capaz de establecer con sus modelos una fructífera y extraña complicidad, de los que dejó agudos y penetrantes retratos psicológicos.