El Nacional de Cine distingue la carrera diversa de Fernando Trueba

Xesús Fraga
Xesús Fraga LA VOZ

CULTURA

benito ordoñez

El galardón premia su trayectoria como director, productor y guionista

15 jul 2015 . Actualizado a las 01:02 h.

En más de cuarenta años de carrera Fernando Trueba (Madrid, 1955) ha hecho de todo en el cine: se le conoce especialmente por haber dirigido sonados éxitos como El año de las luces, Belle Époque o La niña de tus ojos, pero también ha ejercido de productor, guionista, crítico y fue presidente de la Academia de Cine. Más allá de la calidad de su filmografía, una trayectoria «indiscutible», según el jurado que le otorgó ayer el Premio Nacional de Cinematografía, dotado con 30.000 euros y convocado por el Ministerio de Cultura, se distingue también «su labor en defensa de la profesión cinematográfica desde los inicios de su carrera», cuando fundó la revista Casablanca y escribía críticas.

Igual de diversos son los planteamientos desde el que ha encarado el cine, desde la comedia clásica de Belle Époque o Two Much, el drama y suspense de El sueño del mono loco, las adaptaciones literarias de El embrujo de Shanghái -Juan Marsé- y El baile de la victoria -Antonio Skármeta- o la animación de Chico y Rita, que entronca con su otra pasión, el jazz, que ha desarrollado como productor de Calle 54 u Old Man Bebo.

«Nunca he concebido una película como una segunda parte de otra», afirma Trueba. «Lo que importa es hacer una película buena, la mejor que puedas, y hacerlo de forma libre e independiente, que nadie te marque la dirección», reiteró ayer, tras saber, a la vuelta de un paseo, de la concesión del galardón. «Nunca he soñado con premios sino con hacer las películas que me gustaban de niño, por eso es por lo que luchamos», añadió. En su caso, el cineasta que marcaba sus pasos no era otro que Billy Wilder, una influencia asimilada y homenajeada de forma casi explícita en Two Much, un filme rodado en Hollywood -«pero con producción española», como insiste Trueba y que contribuyó en buena medida al sueño americano de su protagonista, Antonio Banderas.

Estados Unidos ya había reconocido y agradecido esos guiños con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa a Belle Époque, una cinta que en España cosechó nueve premios Goya, un éxito que poco después estaría cerca de repetir La niña de tus ojos, con siete estatuillas. Hollywood volvió a mirar en su dirección cuando Chico y Rita fue candidata a un Oscar que finalmente no ganaría. Esta proyección no ha sido ajena a la decisión del jurado, que destacó ayer «el reconocimiento internacional que ha conseguido el cine español gracias a los éxitos obtenidos por sus películas».

Adaptación de Ánxel Fole

Antes de debutar con el largometraje Ópera prima en 1980, Fernando Trueba ya había filmado media docena de cortos y participado en proyectos de otros cineastas. Como el gallego Enrique Baixeras, a quien Trueba siguió en 1976 al valle de Quiroga para rodar O cadaleito -una adaptación del cuento de Ánxel Fole con guion de Francisco Taxes- en calidad de ayudante de dirección, una figura hasta ahora única en su filmografía. Ambos, Trueba y Baixeras, se conocían de la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid. Ópera prima estaba protagonizada por otro amigo de aquel círculo, Óscar Ladoire, quien en 1982 también debutó tras la cámara, con A contratiempo, con ayuda de Trueba en el guion y como productor. La historia se desarrollaba en gran medida en Galicia, y durante aquel trabajo Trueba la recorrió la en varias ocasiones.