La elección del nuevo director del CGAC desata un conflicto interno

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

VÍTOR MEJUTO

Dimiten dos miembros del patronato y abren las críticas a la gestión del centro

19 jun 2015 . Actualizado a las 10:19 h.

El proceso abierto para elegir al nuevo director del Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) ha desatado un conflicto interno que va más allá del propio procedimiento de selección del cargo. En los últimos días se han presentado dos dimisiones por parte de miembros del patronato del centro, dejando tras de sí duras críticas a sus gestores y al camino que ha tomado en los últimos años el museo compostelano.

La primera dimisión fue la de María Luisa Sobrino Manzanares, quien siguió de cerca el nacimiento del museo y entró en el 2005 en su patronato, órgano rector «encargado de la tutela e impulso del CGAC», incide la catedrática de Historia del Arte de la Universidade de Santiago. Después de un decenio formando parte del mismo, asegura que el centro está sufriendo un «paulatino desgaste» a raíz de la «falta de interés» y la «dejadez por parte de quienes lo gobiernan», que han conseguido instalarlo «en una deriva hacia su invisibilidad y desaparición».

Sobrino dejó su puesto en el patronato levantando un debate interno a su paso. La decisión, dice, no fue caprichosa y la tomó a raíz de «la opaca y partidista gestión en el proceso de elección del nuevo director del centro, bajo una simulada apariencia de buenas prácticas». Sin embargo este no fue más que el detonante de su dimisión, motivada por la «falta de autonomía y la injerencia con la que es manejado el CGAC por los dirigentes políticos» hasta «haber perdido su identidad propia» y diluir la vocación con la que nació de ser un centro innovador de exposiciones, de investigación y de actividad cultural que «ha dejado de ser un referente del arte gallego contemporáneo a nivel internacional».

Además, Sobrino señala que la inversión en el CGAC se ha reducido limitando la programación de un museo que «ha sido desmantelado de personal», frente a otras apuestas de la Xunta como la Ciudad de la Cultura.

Haciendo bastante menos ruido y solo unos días después que Sobrino, también presentó su dimisión Sofía Santos Pérez, presidenta del patronato del CGAC desde marzo del año pasado y anteriormente vicepresidenta del mismo, quien en su círculo más próximo también se habría mostrado crítica con la forma en la que se está gestionando el centro.

El secretario xeral de Cultura (Consellería de la que depende el CGAC), Anxo Lorenzo, ha defendido la «absoluta transparencia» en el proceso de selección del nuevo director, a través de un «concurso público, aberto e independente». Recuerda que las bases del mismo fueron validadas por la Dirección Xeral de Función Pública y que se eligió una comisión independiente formada por personas de reconocido prestigio en las artes plásticas, presidida por Antón Pulido.

Lorenzo asegura, en contra del debate abierto por Sobrino, que el CGAC sigue siendo un centro de referencia en Galicia y en el extranjero, «cunha programación continua, do nivel máis alto de interese e calidade». Considera «moi frívolo» el análisis realizado sobre la gestión «de un centro modélico coma o CGAC» y calificó de «ridículas» las voces que acusan a la Xunta de desatender este centro en favor del Gaiás.