Señalado como el sucesor de Andrés Segovia, el guitarrista tocó ayer con la Orquesta Sinfónica en el palacio de la Ópera coruñés
01 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.La magia de la música está entre dos notas de una guitarra, «en los pequeños detalles». Esto sostiene Pablo Villegas (La Rioja, 1977) al que la crítica ha situado como uno de los grandes de la guitarra clásica. Anoche actuó como solista con la Orquesta Sinfónica de Galicia, en el palacio de la Ópera de A Coruña. Fue en un concierto dirigido por Christian Vásquez y organizado por el Banco Etcheverría y el Grupo Banesco.
-Suma ya más de 30 premios, ¿empezó muy pronto a tocar?
-Empecé a las seis años y ha sido un camino largo, de ilusión, de perfeccionamiento, de exigencia, de intentar alcanzar la excelencia e internacionalmente de compartir mis emociones.
-Interpreta a Joaquín Rodrigo con la OSG, ¿los clásicos no pasan de moda?
-Por supuesto. Interpreto ese maravilloso Concierto de Aranjuez. Lo que es bello en el arte es bello siempre y tiene esa longevidad a través del tiempo.
-Le han situado como el sucesor de Andrés Segovia, ¿cómo lo ve?
-Es una bonita responsabilidad que asumo con agrado. Intento mantener la tradición de la guitarra, emocionar al público, porque esa emoción hace que la gente quiera ir a un concierto. Es un viaje emocional a lo más profundo a través de la música, que llega a niveles de nuestra sensibilidad que no alcanzan otras artes. La música es un elemento muy poderoso para humanizar.
-¿Por eso ha puesto en marcha su proyecto de acercar la música a niños desfavorecidos?
-Empecé a desarrollarlo en la frontera de Tijuana y San Diego, entre México y Estados Unidos, donde asistieron más de 15.000 niños y jóvenes. Y ahora lo desarrollo en La Rioja. Sigo creyendo en ese poder humanizador de la música.
-¿Ya conocía la OSG?
-Es la primera vez que toco con ellos, pero me han recibido con los brazos abiertos. Es una orquesta puntera en España. Había estado tocando con la Real Filharmonía y también con la Fundación Barrié. Me encuentro muy a gusto cada vez que vengo.
-De La Rioja a Berlín, y ahora vive en Nueva York...
-La vida del músico es errante, con una maleta en una mano y un instrumento en la otra. La música es un puente ideal entre diferentes culturas, es el lenguaje de las emociones y allí donde vayamos se nos entiende. La guitarra tiene esa alma, ese duende que dicen los flamencos, algo especial que todos entienden.