La noche fue de Javi Olleros. El cocinero no pudo contener las lágrimas al descubrir que su restaurante de O Grove pasaba a engrosar la selecta lista de biestrellados. El lunes también estaban emocionados Alberto González, del Silabario (Vigo); Miguel González, del restaurante Miguel González (O Pereiro de Aguiar); e Iñaki Bretal, de Eirado da Leña, en Pontevedra. Los tres vieron recompensados sus esfuerzos en uno de los momentos más convulsos y difíciles de la hostelería al conseguir el tan ansiado primer brillo. Pero la guía de restaurantes más prestigiosa del mundo es mucho más que estrellas. Y la felicidad por entrar en este manual fue a parar a locales modestos, de cocina tradicional, e incluso a alguno especializado en pizzas.
La conocida como Biblia roja distingue en la categoría Bib Gourmand a aquellos locales -ojo, en muchos casos esta distinción es solo el preludio de la estrella- cuya calidad-precio es excepcional y que, a su vez, el menú ronda los 35 euros. Las novedades son: El de Alberto (A Coruña), Terreo (A Coruña), O Fragón (Fisterra), O Tobo do Lobo (Melide) y Mamá Peixe (Santiago).
Pero aún hay otra categoría, implantada en el 2017, llamada Plato Michelin que lo que pretende es alabar la calidad de los platos de ciertos restaurantes y, para ello, se les otorga este sello de garantía. Es posiblemente la distinción favorita, y en la que más se fijarán aquellos que huyen de excentricidades o atrevimientos en la cocina. De hecho, los amantes de la pizza o de la tortilla de Betanzos pueden acudir directamente a este listado. Porque en Galicia, una de las novedades es que entra O Pote, el clásico templo de la tortilla de Betanzos. Hay más: Mar Viva (Corcubión), NaDo (A Coruña), A Mundiña (A Coruña), O Semáforo (Fisterra), Rios (Freixo), Meloxeira (O Grove), Os Cachivaches (Lugo), O’Pazo (Padrón), A Xanela Gastronómica (Ponteareas), La Tavernetta da Ponte (Camariñas), Asador Coto Real (Rábade), Javier Montero (Ribadeo), Mr. Chu (Santiago de Compostela) y Detapaencepa (Vigo).