Javier Fajardo volvió a coger la batuta de la OSG y su coro en ausencia de Carlos Mena, por causa de fuerza mayor
26 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Una causa de fuerza mayor impidió a Carlos Mena dirigir el concierto de esta semana de la OSG y su coro (ya había sucedido en mayo de 2023 cuando no pudo hacerse cargo del Réquiem de Bontempo) y, una vez más, Javier Fajardo tomó la batuta. Desearíamos ver a Mena con el coro con mayor asiduidad, pero aplaudimos el coraje de Fajardo al coger de nuevo el timón in extremis.
Tras abordar con garantías gran repertorio sinfónico-coral, el coro de la OSG fue viendo mermada su presencia en el abono de la orquesta durante la última década, con todo lo que ello implica. Esta temporada ha intervenido solo en dos programas de abono. Pese a tener dos responsables para que el conjunto dé lo mejor de sí, es difícil un progreso claro sin continuidad. Devolver al Coro OSG a lo que fue será uno de los desafíos del gerente entrante.
Ante una papeleta importante, Fajardo se manejó bien desde la Sinfonía 44 de Haydn que abría el concierto. La OSG hacía mucho este repertorio y conoce el estilo. Por flexibilidad de la cuerda y tensión, fueron el allegro inicial y el presto final lo mejor; aunque a los movimientos centrales les faltó un extra de aliento lírico.
En el Réquiem número 1 de Cherubini (que el coro interpretó hace algunos años con Víctor Pablo), Fajardo priorizó mimar lo vocal a buscar matices en una orquesta que funcionó como el buen soporte que sabe ser. Ante las circunstancias, fue una visión lógica. Con el maestro viveirense, el empaste y la cuadratura han mejorado respecto a actuaciones anteriores; aunque el balance entre cuerdas masculinas (reforzadas, aunque faltó presencia en el Offertorium) y femeninas sigue favoreciendo a estas últimas.
Cauto en los pasajes de fuste (el Dies Irae pudo sonar más rotundo), encontró sus mejores bazas en los remansos de paz, desde una visión íntima que permitió que el coro sonase cómodo y eficaz en el Kyrie o el Agnus Dei.
Fajardo, implicado con el proyecto, potenció fortalezas y aminoró debilidades de un coro que requiere continuidad para crecer y que podamos escuchar música sinfónico-coral con la misma frecuencia y calidad que la OSG hace repertorio sinfónico.