Lucas da una lección

Toni Silva CULLEREDO / LA VOZ

A CORUÑA

Toni Silva

Este joven de Culleredo con espectro autista acaba de recibir el Premio de Educación al Esfuerzo y la Superación Personal en el IES Blanco Amor

05 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando María acudía hace años a recoger a su hijo al colegio no sabía si Lucas saldría por su propio pie o tendría que ir ella misma a recogerlo hecho un ovillo debajo de una mesa del aula. Era casi la rutina de un chico con espectro autista, déficit de atención e hiperactividad. Pero algo pasó dentro de él en el verano antes de quinto curso en el colegio Ría do Burgo. «Empezó a cambiar, pareció dar un golpe de madurez, allí tuvo muy buenas tutoras y una orientadora para sacarse el sombrero», recuerda la madre, quien veía con recelo la entrada de Lucas en el instituto, un estamento donde desaparece el profesor referente y cada sonido de timbre equivale al relevo de un nuevo docente, algo que podía desquiciar a un joven de sus características.

Pero el IES Eduardo Blanco Amor de Culleredo también desplegó alrededor de Lucas todas las herramientas para que no se quedara atrás con respecto a sus compañeros. Podrían darse muchos argumentos para certificar que lo han conseguido, pero bastan dos datos: Uno, Lucas, de 16 años, nunca ha repetido un curso, y dos, la Consellería de Educación le acaba de conceder uno de los 20 Premios al Esfuerzo y Superación Personal en la ESO. «Mi familia está muy contenta». Lo dice el propio Lucas mientras mantiene un leve balanceo a derecha e izquierda con su cuerpo rígido. Responde con normalidad las preguntas del periodista sobre sus asignaturas favoritas: «Biología, Física y Química, Tecnología y Religión». Reconoce que las Matemáticas se le atragantan y que ha necesitado clases de apoyo (como media humanidad). Ahora cursa Primero de Bachillerato y, una vez lejos del instituto, donde reconoce sentirse «muy a gusto», su intención es ahondar en las Ciencias Tecnológicas.

La profesora Lucía

En la charla están presentes la directora del instituto, Carmen Rodríguez-Trelles, el orientador Manuel José Lage, y la profesora Lucía Pérez. Todos coinciden en que esta es la mayor culpable de la milagrosa evolución de Lucas en este centro. «Para mí era muy importante que se sintiera uno más, tuve que empujarlo y sacarlo de una situación en la que se encontraba más cómodo para que pudiera abrirse a los demás y sentirse como ellos», señala esta profesora, que desvela una de las estrategias para conseguir el primer abrazo de Lucas. «Él era algo distante al contacto físico, entonces comencé a repartir abrazos entre sus compañeros, me abrazaba con ellos, y al final, Lucas, que no quería ser diferente, me abrazó», relata. «Me recuerdo en casa, en mis labores cotidianas pensando qué hacer para mejorar la integración de Lucas».

La directora reafirma el papel primordial de esta profesora, y destaca también el de los compañeros de clase, que han sabido y saben estar a la altura de un reto de integración como este. «También fue muy importante el papel de una cuidadora que estuvo varios años con Lucas —señala Rodríguez-Trelles—, ahora ya no está en el centro, pero cuando supimos lo del premio la llamé y se emocionó. Se llama Mercedes Espiñeira». Lucas se suma a la conversación. «Sí, me ayudó mucho». Maite Reigosa, jefa de estudios en la etapa del joven en la ESO es citada por los presentes. «Todo lo que yo hacía, los recursos que pedía, tenían que contar con el apoyo de la jefatura, y siempre estuvo ahí», recuerda la profesora Lucía Pérez. Por su parte, Manuel José Lage señala que el servicio de orientación «siempre está en la retaguardia y hace de conexión entre los servicios externos y el profesorado».

La entrevista concluye y Lucas debe incorporarse a una clase ya empezada. Se despide de todos. Y cuando ya ha tomado rumbo al aula, deshace el camino para fundirse en un abrazo con Lucía.