La asociación vecinal Os nosos lares llena de efervescencia la periferia de la ciudad con un proyecto que explora el vínculo entre creación y territorio
16 nov 2021 . Actualizado a las 14:56 h.
Todo nace de la necesidad. «Aquí no tenemos un centro cultural ni una Fundación Barrié o una Seoane para dinamizar el barrio», explica el historiador Álvaro Pérez Sancho, vicepresidente de la asociación vecinal Os nosos lares de Palavea. Periféricos y pareciera que isleños por las carreteras insalvables que los cercan, los vecinos van a cumplir un mes enredados en un proyecto artístico que ha desplazado el centro de la ciudad a esta punta, tal ha sido la efervescencia de las actividades.
Los chavales del centro de menores, los niños de la escuela municipal Os Cativos, un grupo numeroso de habitantes del barrio y gente desplazada de otros puntos de A Coruña están dando una vuelta a los sentidos del arte y del territorio a través de una docena de artistas locales —Benito Freire, Alicia Vázquez y Sven, Julia Aguiar, Iria Ele, El Chano y los fotógrafos Roi Alonso, Verónica Ramilo y Carlota Ramudo Méndez—, coordinados por la pintora Dores Polo.
Con fondos del Presco
La asociación, financiada por el Presco 2021, invitó a los creadores a llevar piezas a Palavea primero para trazar con ellas un viaje por el entorno —los grupos de viviendas de protección oficial de Santa Cristina y el lugar de O Curro— justo en la dirección contraria a la que conduce a los museos. Aquí el arte salió a la intemperie. «Fueron los vecinos los que se preguntaron dónde quedaban mejor, dónde no tenían sentido, dónde molestaban, o el significado que podían tener las obras en el barrio», señala Pérez Sancho. Y a la vez que guiaban la reflexión y los pasos de los participantes de fuera sin la formalidad propia del contexto artístico, los vecinos también miraron el barrio de otra manera, se resituaron y para propios y extraños hicieron aparición sentidos ocultos. «Fue realmente interesante, nunca sabes cómo va a salir y la verdad es que en cada sesión había más y más gente», indica el portavoz de la asociación, que contó en la última sesión con la colaboración de la Universidade da Coruña (UDC) para entrar en la antigua fábrica de armas, futura Cidade das TIC, vinculada históricamente al barrio.