Down Coruña replantea su ocio de manera virtual por el covid

D. Vázquez A CORUÑA /LA VOZ

A CORUÑA

cedida

Ha adquirido material con el fin de suplir la brecha digital

18 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Construir vínculos y relaciones sociales. Ese es el principal objetivo que se marcan en Down Coruña, una entidad que agrupa a 108 familias, con su programa de ocio para sus usuarios. Como al resto de la sociedad, el covid llegó para trastocar las actividades del colectivo y han tenido que recurrir, como muchos, a la opción virtual para cumplir las restricciones y continuar prestando servicio.

Este programa, con el que cuentan con la colaboración de la Refinería y la Fundación Repsol, partía de aprovechar los recursos que hay en la ciudad para que los 44 participantes hiciesen actividades de ocio inclusivo. Eran los propios usuarios quienes elegían qué hacer, que pasaba por cuestiones como ir al cine, a la bolera o a excursiones, además de programar sesiones individuales estableciendo espacios de escucha. Sin embargo, la pandemia restringió los contactos y según explica el presidente de Down Coruña, Ricardo Santos, si bien en un primer momento optaron por suspender las actividades, después decidieron retomarlas, pero solo telemáticamente. Desde que se permitió recuperar la vida social, la entidad ha optado por el principio de prudencia y mantiene el sistema virtual.

Santos agradece a la Fundación Repsol la flexibilidad ofrecida para encauzar su ayuda a la adquisición de recursos para superar la brecha digital. Esa opción les permitió lograr webcams, portátiles y tabletas para reprogramar las propuestas de ocio hasta que puedan volver a quedar presencialmente. «Realmente, hemos estado conectados a pesar de la desconexión física que exigía la crisis sanitaria», explican.

Medio ambiente

En vez de salidas, optaron por sumergirse en la naturaleza a través de un taller dinámico, con gran cantidad de contenido audiovisual que les permitió adentrarse en las características del cambio climático, desde las catástrofes naturales, a las especies en peligro de extinción o las acciones humanas que contribuyen al calentamiento global… También abordaron buenas prácticas, enseñándoles organizaciones y asociaciones que contribuyen a la conservación del medio ambiente y a la preservación de las especies.

«Nos ha sorprendido gratamente lo concienciados que están los chicos con respecto al cuidado de la naturaleza y la explotación respetuosa de los recursos», reconocen desde la entidad tras aportar los usuarios sus experiencias como voluntarios en acciones solidarias que contribuyen a contrarrestar las consecuencias del cambio climático a través del reciclaje, control de plagas de especies invasora o el consumo responsable. Llegaron incluso a elaborar un decálogo de buenas prácticas.

También contaron con propuestas artísticas para adentrarse en el programa de arte. Con Isabel Risco aprendieron más de teatro y máscaras, de París Joel conocieron su música y poesía; con Rebeca García y Róber Amado se sumergieron en la fotografía, y se acercaron al pop de la mano de Javier Becerra y Carolina Rubirosa. Han recurrido a artistas tirando de YouTube y trasladado actividades que hacían presencialmente, como el karaoke, a videoconferencias.

Pese a esa actividad, Souto comenta con pesar que «una de las consecuencias de la pandemia es que ha hecho desaparecer al colectivo de personas con discapacidad» y le resta visibilidad a sus necesidades.