Arquitectos e historiadores exigen mejoras en la Torre y su entorno

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Reclaman más personal especializado y un centro para atender a los visitantes

09 ago 2019 . Actualizado a las 23:12 h.

Historiadores y arquitectos reclaman más recursos y personal al mantenimiento de la torre de Hércules y que se hagan mejoras en su entorno que realcen el valor patrimonial del faro, que hace 10 años obtuvo el título de patrimonio de la humanidad.

El Ayuntamiento prepara obras para abordar los problemas de mantenimiento que padece el faro. En julio se detectaron problemas de filtraciones en varios puntos, entre ellos la sala Giannini, y caída de materiales en tres de las cámaras. Está prevista una inversión superior a 100.000 euros, que también permitirá mejorar la iluminación y reparar elementos metálicos que están oxidados.

Xosé Manuel Casabella, arquitecto y fundador de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña (Etsac) atribuye el deterioro al paso del tiempo y, aunque considera que el cuidado del edificio ha sido correcto, subraya que «hai que estar enriba» para evitar que esos problemas se compliquen. Xosé Lois Martínez, catedrático de la escuela, también considera preciso que se «xeneren recursos» para el mantenimiento y conservación del inmueble. El arqueólogo Felipe Senén López considera que la Torre debería contar con un conservador, y recuerda la pérdida en «tres anos» de la inscripción del siglo XVIII en la que Eustaquio Giannini firmaba la restauración del faro. También el historiador José Alfeirán destaca la rápida desaparición de aquel texto escrito en tinta sobre piedra, por lo que coincide con la petición de reforzar el mantenimiento. 

El desafío del entorno

La Torre debe además mejorar sus instalaciones para los visitantes. Así lo exigió la Unesco, y la nueva alcaldesa, Inés Rey, ha anunciado que cumplirá.

La posibilidad de construir un nuevo centro de interpretación bajo la rampa de la Torre, como proponía el plan director del 2012, no tiene muchos apoyos.

Xosé Lois Martínez subraya que lo único que hace falta es «que quede en evidencia a potencia da Torre sobre unha paisaxe natural. Iso é a Ilustración», explica. El catedrático insiste en que «a natureza fai grande, enorme, a Torre», y rechaza que se deforme ese «medio natural maravilloso» con infraestructuras que podrían estar en otros puntos, y no en su entorno más inmediato.

Casabella también se opone a intervenir en ese espacio, por lo que rechaza la construcción del centro de interpretación bajo la rampa que además, recuerda, forma parte de la obra de Giannini.

Desde su punto de vista es precisa la construcción de un «centro de visitantes axeitado», que combine servicios, información y actividad museística. No descarta la construcción de uno nuevo, ante la posibilidad de que la rehabilitación de la cárcel continúe alargándose en el tiempo. Entre los modelos a seguir también cita el Pont du Gard, y el complejo arqueológico de Stonehenge, en Inglaterra. Recuerda que en su primera visita allí el bus paraba «ao pe» de los mismos monolitos prehistóricos, pero ahora cuenta con un centro de visitantes moderno y con múltiples servicios para atender a los numerosos visitantes. Está situado a más de un kilómetro, lo que evita la contaminación visual.

Para Alfeirán y Senén, la alternativa más clara es la antigua cárcel provincial. Su restauración requerirá una poderosa inversión de entre 25 y 30 millones. Por eso, el historiador subraya que debe ser «una decisión estratégica, de ciudad», pero que debe servir para «resolver los problemas de ciudad con el patrimonio, la Torre y la conexión cultural con el mar». Recuerda que la ciudad atesora un amplio patrimonio arqueológico en almacenes que podría exponerse allí.

Senén subraya que son precisos servicios múltiples: información, centro de interpretación, cafetería, baños, tienda... Afirma que en el entorno inmediato de la Torre «xa houbo demasiado intervencionismo, hai que deixala». Por eso apuesta por la cárcel provincial, que a su juicio permitiría configurar un complejo como el de la Calzada de los Gigantes en Irlanda o el Pont du Gard en la Provenza francesa, que ofrecen todos los servicios al visitante sin alterar el patrimonio. En esa línea, critica que se mantenga la zona de caravanas delante de la Torre y otros elementos que distorsionan el entorno. Como Alfeiran, que reclama «ambición», Senén apuesta por un proyecto pionero, que se convierta en una «referencia» para otros espacios similares en Galicia.