Avinguda d'Alfons Molina

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS

A CORUÑA

ACCIDENTES VARIOS EN AVENIDA DE ALFONSO MOLINA. ATASCO. TRÁFICO
ACCIDENTES VARIOS EN AVENIDA DE ALFONSO MOLINA. ATASCO. TRÁFICO MARCOS MÍGUEZ

¿Habría dinero en los Presupuestos para Lavedra si estuviese en una ciudad catalana?

19 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La cuenta es dramática: 67 euros menos para cada gallego y 93 más para cada catalán en los Presupuestos Generales del Estado. O lo que es lo mismo, un 20 % menos de inversión para Galicia, un 52 % más para Cataluña. Es evidente que este año los Reyes Magos no repartieron por igual los regalos y el carbón, y aquí nos hemos quedado en el lado oscuro. Números negros, negrísimos, para infraestructuras tan necesarias como el puente de A Pasaxe, el tren a Langosteira o la línea ferroviaria a Ferrol, que es perfecta para ambientar una película en el siglo XIX. Y números transparentes, por eso de que prácticamente no existen, para Alfonso Molina, paralizada por la incapacidad manifiesta de las Administraciones desde el año 2011. El Gobierno incluye ahora una ridícula partida de 100.000 euros para Lavedra cuando el Ministerio de Fomento aprobó hace un año una inversión de 19,5 millones para la obra.

A la vista de semejante tomadura de pelo y de las inicuas cifras del reparto territorial que encabezan esta crónica, habrá que preguntarse qué fondos habría recibido nuestra avenida si se llamase Avinguda d’Alfons Molina y fuese la vía principal de acceso a Tarragona, Reus o Manresa, con un tráfico de 120.000 vehículos diarios circulando por sus arterias escleróticas. El peaje catalán que asume el presidente Pedro Sánchez en sus cuentas nos estrangula hasta tal punto que esta semana ha tenido que salir su compañera de partido Inés Rey, candidata del PSOE a la alcaldía coruñesa, para advertirle que nuestra ciudad «requiere un mayor compromiso por parte del Gobierno central», y sobre todo, «más inversión».

Críticas más despiadadas llegaron desde la orilla de enfrente, con el PP encendido con la «vergüenza», la «marginación» y otras palabras gruesas que no pronunciaban cuando eran ellos los que gobernaban, pues, insisto, Alfonso Molina languidece en los Presupuestos desde el 2011 sin que ni a babor ni a estribor se advirtiese un golpe de timón para cambiar el rumbo de los acontecimientos. Y qué decir de la Marea Atlántica, que tilda de «tomadura de pelo» los 100.000 euros para Lavedra cuando lleva frenando y dinamitando el proyecto con pasos para batracios, puentes-refugio para indigentes y otras lindezas desde que subió al poder.

Visto el panorama y el compromiso de unos y otros, ojalá me equivoque pero el asunto tiene pinta de ir para largo. En las cuentas de Sánchez no se incluyen partidas para años venideros para Alfonso Molina, así que la ampliación queda en el aire por tiempo indefinido. Y mientras el proyecto permanezca en el limbo y los coruñeses nos sigamos tragando los atascos y la ira cada mañana, què vol que li digui? Seny, seny.