«La sobrecarga de la enfermera es nuestro mayor problema»

R. DOMÍNGUEZ A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Representa a 6.392 profesionales de la provincia, para los que reclama trabajo en condiciones dignas

20 dic 2018 . Actualizado a las 11:55 h.

Amador Villaverde Castiñeiras (Ordes, 1953) es enfermero desde 1979. Trabaja en el centro de salud de Ordes desde hace 23 años y preside el Colegio de Enfermería de A Coruña. Representa a los 6.392 profesionales de la provincia, el 85 % mujeres, y su objetivo es «velar por sus intereses y los de los pacientes; nuestro código deontológico -apunta- busca el bienestar de las personas».

-El colectivo se queja de sobrecarga laboral.

-Hoy por hoy es nuestro mayor problema. Y hay que relacionarlo con los ratios de personal. Hay 4 enfermeras por mil habitantes, cuando la media de España es de 5,3 y la de Europa, 8. Somos muy pocos y, además, en Galicia está el envejecimiento, la cronicidad y la dispersión, que cuadruplica la media. El 16,5 % de la población vive en núcleos de menos de diez edificaciones, lo que da idea de lo que hay que patear por los pueblos para atender a la gente.

-El sindicato Satse está reuniendo firmas por una ley de ratios.

-Y apoyamos la campaña. Lo que se persigue es que en Atención Primaria ninguna enfermera tenga cupos de más de 1.500 pacientes y en especializada que no tenga que atender a más de 6-8 por turno. Son los ratios seguros para el enfermo.

-¿Y qué dice la Administración?

-Desde hace años mantenemos contactos y ahora mismo, con el conflicto de Primaria, parece que hay alguna posibilidad de mejora.

-¿Han estimado cuántas enfermeras más se necesitarían?

-Para cumplir los ratios europeos, el Sergas tendría que contratar a 7.000. Solo en A Coruña, unas 800, lo equivalente al paro que tenemos ahora, que en nuestra provincia es del 11 %.

-Algunos sectores ya han dicho que irán a la huelga..

-Aquí ya se han movilizado en los PAC, y por supuesto que apoyamos las reivindicaciones. No solo se trata de la carga asistencial, siguen pendientes temas de remuneración, dietas, material y la estabilidad.

-¿Dan algún plazo?

-No es cuestión de plazos, pero está claro que en Atención Primaria, sobre todo desde que se integró la gestión, no han mejorado las cosas, ha perdido peso. Con la crisis se produjeron recortes que, a pesar de la mejora económica, no se han recuperando, ni en servicios, ni en personal... Y eso crea problemas y tensiones.

-¿De ahí las agresiones?

-Es tremendo. La enfermera es la primera barrera y se nota en las agresiones. El año pasado hubo 1.593 en España, En Galicia fueron 328 episodios que afectaron a 346 profesionales, y 96 eran enfermeras, que es el colectivo más afectado. Casi el 62 % fueron temas de violencia verbal y sexista, con desprecios por sexo, pero el 37 % ya fueron agresiones físicas. Esto se ha agudizado muchísimo, porque hasta hace nada eran casos casi anecdóticos.

-¿A qué lo atribuyen?

-Es por el ambiente de crispación. La enfermera es la más cercana al enfermo y en cuatro de cada diez casos es el propio paciente el agresor. Estamos en ese estado de querer cosas y soluciones en el momento, y no todo puede ser. Es muy delicado y por eso pedimos al sistema sanitario que actúe, a la Justicia que tome medidas y también que se conciencie la población. Esto no puede seguir así, necesitamos más seguridad. Y tener más personal es una medida de seguridad porque a la sobrecarga se pegan todos los problemas. El ratio de enfermera por médico es de 1,4 y en Europa de 2,5. Necesitamos ser más, estabilidad y, en el fondo, más inversión en sanidad.

-Es decir, no falta trabajo, sino puestos de trabajo.

-Así es, y muchas enfermeras emigran a los países nórdicos y de Centroeuropa, el año pasado unas 50. Aparte de trabajo, buscan estabilidad. Aquí hay contratos por horas, en el mejor de los casos de lunes a viernes, para ahorrarse la seguridad social del fin de semana. Y no es que no haya enfermeras, lo que no hay es todas las que quieren en las condiciones que ofrecen. A los profesionales hay que mimarlos y darles condiciones de trabajo dignas. Por no hablar de la pena y el desperdicio de gastar tanto dinero en formar a una enfermería que es líder en Europa en formación universitaria, con un sistema de preparación que están copiando otros países, para que después no puedan encontrar un trabajo digno aquí y sus conocimientos no reviertan en nuestra propia sanidad.