Vecinos, activistas y familias de presos inauguraron el edificio
05 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Ocho años después del comienzo del proyecto de recuperación, la vieja cárcel provincial inaugurada en 1927 al lado de la torre de Hércules y abierta hasta el 2009 para reclusos de tercer grado recibió ayer las primeras visitas, muchas de Monte Alto, de vecinos, familiares de presos y funcionarios, turistas y activistas del Proxecto Cárcere, la asociación cultural a la que el Concello adjudicó la gestión y que llevó adelante la transformación de la prisión hacia un espacio «de convivencia, onde primen os usos sociais, culturais e educativos, e onde a memoria estea sempre presente».
En las puertas del edificio proyectado por Celestino Aranguren para trasladar a los reclusos del Parrote y las reclusas de la Galera, que acogió a Foucellas y a otros presos políticos y comunes, daban la bienvenida once cocinas y hornos solares montados por el profesor Juan Bello para preparar la comida de la jornada -pisto, patatas y mejillones- y un corro incansable de baile gallego. En el interior, apenas el primer vestíbulo, las salas que lo rodean -originalmente destinadas a identificación, vis a vis íntimo y vis a vis familiar, precisó la mujer de uno de los presos- y el corredor superior destinado a los internos de confianza se han abierto al público. Al fondo, clausuradas pero visibles a través de un ventanuco, las galerías.
Proxecto Cárcere, que expuso los escasísimos objetos -camilla, ratonera, una pelota de tenis...- que se conservan, celebró foliada, concierto, teatro y danza, y retomará la actividad en septiembre.