El Forum Celticum de O Burgo ha dado un salto de gigante. Buena parte de la culpa la tiene Fernando Sampedro, un melómano con corazón de rock n' roll
05 oct 2017 . Actualizado a las 13:44 h.Es una de esas personas ligadas eternamente al rock. Además de ser un plumilla destacado de la revista Popular 1, lleva organizando conciertos desde hace años. Ahora se ha involucrado en el Forum Celticum de O Burgo. «Hace poco más de un año, la gerencia del local decidió dar un salto cualitativo en el tema de los conciertos, abriéndose a artistas internacionales y nacionales, y pensó en mí como el complemento ideal para hacerlo. Para mí, es un honor y estoy encantado», explica.
-¿Pretenden que el Forum Celticum sea una sala 100 % rock?
-Ni mucho menos. El rock n’roll es lo que más nos tira en gustos personales, pero no se puede construir una programación en torno a ello, se perdería perspectiva y coherencia. Hacemos muchos conciertos de rock, claro, pero también tienen cabida el resto de estilos, desde el indie-pop hasta el flamenco, desde los monólogos hasta el blues… Cualquier propuesta es bienvenida.
-Este año han traído a artistas importantes como Quireboys o Deniz Tek. ¿De cuáles están más orgullosos?
-Esos están entre ellos, seguro. Contar con una de las bandas más grandes de los noventa en sala para 225 personas es todo un lujo, o con el guitarrista de Radio Birdman por primera vez en Galicia es para ello. Tener a todo un Jaime Urrutia celebrando el 18 aniversario de la sala también fue un subidón. O Bob Wayne, el más genuino representante de la nueva generación de forajidos del country, o las leyendas de la NWOBHM Praying Mantis. O los que vendrán en el futuro cercano.
-¿Qué les pareció a los componentes de esos grupos el local?
-Puedo decir orgulloso que salieron encantados. Alguno ha llegado a decir públicamente que hacía mucho tiempo que no se sentía tan a gusto. Hace mucho tiempo, cuando empezaba en esto, cierta rockstar ya me aconsejó. Me decía que lo más importante de un concierto es tratar bien a la banda; si lo haces, el show será inolvidable. Tenía toda la razón. Desde entonces, esa ha sido mi máxima. No es necesario cumplirles todos los caprichos, simplemente tratarles como si fueran tus invitados en tu casa ese día, a los que procuras que se sientan a gusto. He estado, y sigo estando, en salas en las que se trata a la banda con pasotismo y desdén, como si fueran una molestia más que unos invitados que tú mismo has contratado y que te llevarán gente al local esa noche, y de verdad que me crispa los nervios. La música y los músicos no son gestiones de funcionariado. Un concierto es algo en lo que debe de involucrarse todo el personal de la sala, desde el propietario hasta la señora de la limpieza, pasando por el técnico de sonido, el portero, programador, camareros… Solo se pide amabilidad e interés, no tiene más ciencia.
-¿Es la gran sala de la comarca coruñesa?
-Yo diría que sí, básicamente porque es la única de estas características [Risas].
-¿Y el público coruñés va o se hace el perezoso?
-Existe un sector del público, seguidor habitual de la música en directo, al que no le importa dónde sea el show. Queda todavía cierta vagancia entre residentes en La Coru que aducen que no han venido a este o aquel concierto porque «queda lejos». Yo solo puedo decir que coger un taxi desde el centro de la ciudad son 10 euros, y entre 2, 3 o 4 personas no sale tan caro. Además, ese dinero del taxi lo amortizas inmediatamente. Las consumiciones y los tiques tienen precios más ajustados. Así que, como decían, Alice In Chains: «No Excuses».
-¿Programan de vez en cuando a bandas de versiones, formaciones que a veces generan polémica. ¿Cuál es su postura?
-Sí, de hecho contamos con Los Claretes (¿quién no les conoce?) como banda residente, lo que es todo un honor. Cumplen ahora cinco años de existencia y prácticamente desde su inicio son la banda coruñesa, así en general, que más gente mueve. Entiendo la polémica, básicamente entre los seguidores más fieles a conciertos, pero es un producto que la gente demanda. Y no olvidemos que esto es un negocio. Son necesarias, a todos los niveles. La gente, el público generalista, quiere escuchar canciones que conoce y estas bandas se las dan. Por desgracia, existen muchas bandas de estas características que no cumplen unos niveles de calidad mínimos y lo que están haciendo es desvirtuar en vez de tributar. No es el caso de Los Claretes, de quienes puedo decir que son una de las bandas más profesionales que he tenido el placer de echarme a la cara. Y eso el público lo nota y agradece.
-¿Cuál es el futuro de la sala?
El tiempo lo dirá. En la música, y más en el rock, todo es una carrera de fondo. Pero vamos a trabajar duro para que artistas de todo el mundo se peleen por venir a actuar aquí (Risas). Solo necesitamos que el público responda pagando su ticket, nosotros haremos el resto y les proporcionaremos satisfacción garantizada. Contamos con un equipo técnico y humano de primer nivel, sala bonita y cómoda, buen ambiente, escenario visible desde cualquier punto, sonido perfecto, bebida de calidad y a buen precio… quien todavía no haya venido, ¡ya está tardando! (Risas)
-¿Qué grupos vendrán en un futuro?
-Hay algunos artistas ya confirmados que todavía no puedo desvelar por motivos ajenos a nosotros, relacionados con la planificación de giras y estrategias de marketing, pero entre los que sí puedo comentar están, este mismo mes, sin ir más lejos, Liv Sin, la nueva banda de la cantante de Sister Sin, todo un referente del Metal Gótico, estilo del que hace mucho tiempo que no se ve nada por estos lares, y Simon McBride, guitarrista irlandés de blues rock de la escuela de Rory Gallagher; para más adelante, tendremos a Star Mafia Boy, todo un icono del underground madrileño, con más de 25 años de carrera a sus espaldas, al gran Javier Vargas, a la banda revelación del último Azkena, que está arrasando por toda Europa, los suecos Hellsingland Underground, , dedicaremos espacio al Heavy Metal gracias a Tygers of Pan Tang, Masterplan o Tank, a quienes se sumarán a buen seguro más bandas, y ¿cómo no?, tras el éxito cosechado este mismo año, en 2018 repetirán Quireboys… una muestra más de lo encantados que quedaron. Y nosotros también. Y, atención, porque habrá más sorpresas.