El Ayuntamiento aún no tiene los permisos ni cerró el plan de seguridad
12 ago 2015 . Actualizado a las 09:11 h.A menos de 72 horas para la celebración de la batalla naval, poco se sabe de los detalles de uno de los eventos más concurridos de las fiestas de María Pita. El gobierno local aseguró ayer que aún no disponía del plan de seguridad obligatorio para la celebración del espectáculo pirotécnico.
En la reunión preparatoria, a la que no asistió el responsable de la Concejalía de Fiestas, José Manuel Sande, se informó de que la citada batalla naval tendría una duración de tiempo no superior a los quince minutos, menos de la mitad de lo habitual en las celebraciones de años anteriores.
El espectáculo pirotécnico no era una de las prioridades de la Marea. De hecho, algunos de sus más destacados militantes ya expusieron su rechazo a un evento que, según algunas fuentes, «provoca unha grave alteración da vida dos paxaros e outras especies animais que habitan no monte de San Pedro e outros espazos naturais da cidade».
Expresiones de ese tipo ya se formularon también con respecto a algunas actividades del Día de la Ciencia en la Calle. Y el espíritu de protección a los derechos animalistas se ha impuesto en otras celebraciones, como la feria medieval, donde hubo que suprimir varios espectáculos para poder celebrarla, además de la eliminación del programa festivo de la feria taurina.
Instrucciones políticas
En este caso, las instrucciones políticas obligan a reducir no solo la duración del espectáculo pirotécnico, sino también a bajar la intensidad de las detonaciones, con el fin de minimizar la contaminación acústica.
En el plano organizativo, el dispositivo de seguridad tendrá que ser cerrado hoy, aunque el retraso en la petición de los permisos tanto a la Subdelegación del Gobierno -obligatorio por la manipulación de explosivos- como a la Demarcación de Costas aún puede alargar los trámites por espacio de varios días.
La menor duración del espectáculo, así como el alcance de las explosiones permitirá reducir las zonas acotadas por seguridad, con lo que el espacio disponible en la playa de Riazor para los espectadores será mayor y las complicaciones de tráfico serán menores a la hora de planificar los estacionamientos y el paso del transporte público.