La OSG interpreta el clásico de Bernstein y obras de Beethoven y Wagner
21 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.«¿Qué orquesta sinfónica es? (...) Lástima que tengamos que marcharnos». Esto comentaban ayer dos turistas viendo los ensayos de la Orquesta Sinfónica de Galicia en la plaza de María Pita. La formación actuará hoy y mañana (21.30 horas), dentro de una cita que se ha convertido en uno de los principales referentes de la programación de las fiestas. En el programa de ambos días figuran fragmentos de la obra de Bernstein West Side Story, mientras que en el de hoy hay obras de Chaikovski, Shostakóvich y Sibelius y en el de mañana de Wagner, Beethoven y Prokófiev.
Entre las novedades de este año está que Dima Slobodeniouk, el nuevo director de la Sinfónica de Galicia, estará al frente de la misma en los dos conciertos. Este programa al aire libre había servido el año pasado como despedida a su antecesor, Víctor Pablo Pérez, que había sido el que había puesto en marcha estos conciertos al aire libre, impulsados por el entonces alcalde Francisco Vázquez.
El ejemplo de Londres
El inicio de estas actuaciones lo recordaba Vázquez en un artículo publicado en este diario con motivo del vigésimo aniversario de la Sinfónica de Galicia: «La Orquesta finalmente sale a la calle con los conciertos en María Pita, un remedo de los Promenade Concerts, que había escuchado en mi juventud en Londres», escribía entonces.
Lo que se cuenta entre bambalinas es que la primera edición no fue fácil, sobre todo por las dificultades de lograr un buen sonido, pero en los años siguientes el espectacular respaldo del público y el decidido impulso de la alcaldía consolidaron esta salida de la música clásica a la calle.
Al éxito también contribuyeron conciertos como el del año 2002 en el que actuaron, junto con la Orquesta Sinfónica de Galicia, las gaiteiras Mercedes Peón, Susana Seivane y Cristina Pato. Fue una espectacular actuación en la que la Sinfónica sorprendió interpretando temas como el Anduriña, de Juan y Junior, o el Santa Lucía que había popularizado el rockero Miguel Ríos. Desde entonces, la Sinfónica de Galicia ha seguido sorprendiendo a propios y extraños y, como apuntan los organizadores del concierto, «nadie se levanta de sus asientos hasta que tocan el himno del Deportivo».