El BNG se encomienda a Domingos Merino

A CORUÑA

27 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las lúgubres perspectivas electorales del BNG, en caída permanente desde la salida de la dirección de la organización frentista de Xosé Manuel Beiras alcanzan sus cotas más bajas en el caso de A Coruña y su comarca. Los bandazos de sus dirigentes en la última década y el cambio de líder, con la traumática salida de la política de Henrique Tello y sus afines, que incluso dejaron el Bloque, han encendido las alarmas sobre el futuro del partido, a pesar del enorme esfuerzo realizado por Xosé Manuel Carril por racionalizar la formación y frenar los excesos de radicalismo de alguno de sus compañeros de formación.

En ese intento de frenar el hundimiento electoral, la actual dirección frentista se ha encomendado a la figura de su único alcalde en la ciudad: Domingos Merino. Se cumplen ahora 35 años de la toma de posesión del entonces referente del PSG-UG, junto a Camilo Nogueira. A Merino le tocó por casualidad ser alcalde coruñés en el primer bipartito de la democracia. Fue fruto de los pactos del Hostal, en virtud de los cuales los socialistas eligieron gobernar Vigo y dejaron el bastón de mando de A Coruña en las manos de la principal formación del universo nacionalista, que no se unificaría hasta tres años después en la histórica asamblea del Palacio de los Deportes de Riazor.

¿Un hombre de barrio o un traidor? La nueva dirección del Bloque ha decidido resucitar la imagen de hombre bueno, austero y cercano. Un vecino de Monte Alto que se impuso a la burguesía local, a pesar de que no logró ganar nunca unas elecciones y llegó al cargo por la alianza con los socialistas. Su pasión por el ajedrez y el hecho de ser el primer alcalde democrático aumentaron ese grado de cercanía. Pero su tumba política fue el posicionamiento sobre el traslado de la capitalidad a Santiago. El Bloque optó por una postura contemplativa y se mantuvo al margen de la mayor movilización de la historia de la ciudad, una marcha en la que, dicen las crónicas, cien mil coruñeses salieron a la calle y que sellaron la defunción política de Merino y la consolidación de la nueva estrella emergente de la izquierda local, el socialista Francisco Vázquez, que sacaría los máximos réditos políticos dos años después con la primera mayoría absoluta del PSOE en la ciudad.

El PP local y las quinielas electorales

La verbalización de las críticas de algunos militantes del PP coruñés contra la dirección local del partido en la ciudad, que encabezan Fernando Fernández Barreiro, presidente, y José María Barreiro Díaz, como secretario general y número dos, ha abierto de nuevo la espita de las quejas de un sector de los afiliados que consideran «improductivo» el trabajo de la dirección coruñesa en apoyo del trabajo del gobierno local dirigido por Carlos Negreira. Las quejas apuntan hacia los favoritismos de la dirección local hacia algunos concejales y la absoluta falta de combatividad ante las acusaciones de la oposición en temas estratégicos de la acción de gobierno municipal. «Lo más ruidoso que han hecho es la excursión a la Ciudad de la Cultura, que como todo el mundo sabe es una prioridad para A Coruña», protestan los más disconformes con la gestión de Fernández Barreiro. Por eso, en los corrillos de los populares, ya se ha empezado a mover una convicción: «Es necesario que el alcalde acometa una renovación del grupo municipal, pero también del partido en la ciudad para que deje de ser un reducto de unos pocos». Esa última parte aún tardará. Parece.

Desaparición y dura reconstrucción. La ciudadanía castigó entonces al Bloque con la desaparición de la vida pública coruñesa. Alejados de María Pita, los nacionalistas empezaron a buscar caras nuevas. Tardaron casi diez años en obtener un nuevo puesto de representación, con el propio Tello como parlamentario autonómico, que fue el que reabrió la puerta del salón de plenos para los frentistas en 1995. Tello tenía una organización unida. A Carril le toca lidiar con la fragmentación de los nacionalistas. Quizá el espíritu de Merino le ayude a encontrar una nueva vía con más raíces en la ciudad.