«No puedes convertir en delito lo que para ti es pecado»

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Critica duramente la reforma del aborto, que califica de «disparate»

06 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

entrevistas con acento

Cordobesa afincada en A Coruña desde hace años, Ascensión Cambrón analiza la situación actual desde las tres perspectivas que domina, la jurídica, la moral y la política. Y no deja títere con cabeza: Paro, preferentes, aborto, cajas de ahorro, televisión basura y por supuesto, eutanasia como miembro que es de la Asociación Derecho a Morir Dignamente.

-¿Qué desventajas supone para la mujer la reforma del aborto desde el punto de vista ético?

-La reforma es un disparate. Lesiona gravemente los derechos de la mujer. La sexualidad humana no tiene por qué estar ligada a la reproducción. Las monjas optan por tener vida adulta sin maternidad y nadie se lo cuestiona. Puedes estar en contra por tu fundamentación moral, pero no convertir en delito lo que para ti es pecado.

-¿Ocurre lo mismo con la eutanasia? En el «Libro de los deberes», del que es coautora, reclama que esta sea reconocida como un nuevo derecho. Pero, ¿existe el derecho a morir?

-De momento es una reivindicación moral, falta que se convierta en una institución material. Hubo varios intentos de llevar este tema las Cortes, pero el PP y el Opus no quieren ni oír hablar del tema. Y el PSOE no se atrevió a plantearlo.

-Dieciséis años después de la muerte de Ramón Sampedro, ¿no valió para nada su lucha?

-Sirvió porque ayudó a consolidar la demanda social del derecho individual a una muerte digna. Su lucha no ha sido en vano, pero es lamentable que todavía se tengan que correr riesgos serios para que las personas mueran mediante la sedación. Lo otro sería imputable como colaboración al suicidio.

-Pero la compañera de Ramón Sampedro, Ramona Maneiro, no fue condenada.

-Quedó impune porque no se pudo probar que fue ella la que contribuyó a darle el cianuro. Los países europeos que ya han regulado la eutanasia, como Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Suiza, han tenido menos problemas porque allí la religión mayoritaria es la protestante.

-Aquí cuesta más.

-Pero no por ignorancia, sino con alevosía. Si hay un sector social que no está dispuesto a solicitarlo, allá ellos, pero no se le puede impedir a los laicos, a los ortodoxos o a los de la iglesia del séptimo día. Se confunde la parte con el todo.

-¿Hay alguna manera de hacer digna la muerte?

-Si la medicina ya te ha desahuciado, qué menos que atender esa demanda. Puede ser una muerte digna cuando el paciente pide que se le sede y muere tranquilo despidiéndose de los suyos. En cambio, cuando un persona tiene la sentencia de muerte ya dictada y está padeciendo un gran sufrimiento físico, moral y psicológico, eso es una muerte indigna. También le digo otra cosa: La eutanasia tiene que ser regulada de manera muy rigurosa, para que no se utilice para sacarse de encima a aquellos que estorban y no quieren morir.