Alvedro en la encrucijada, otra vez

A CORUÑA

02 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

No se anduvo con paños calientes la concejala de Turismo, María Luisa Cid, a la hora de juzgar la decisión de Vueling de cambiar sus planes de trabajo en el aeropuerto de Alvedro y sustituir el enlace internacional con Ámsterdam por dos meses de una tercera frecuencia con Barcelona. «Es una malísima noticia», dijo Cid en consonancia con lo que muchos usuarios de Alvedro piensan. Quiso el alcalde, Carlos Negreira, apelar al lado positivo de la decisión de la aerolínea, que permitirá aumentar el número de asientos ofertados en la terminal coruñesa en casi un 16 %, pero el consuelo es escaso.

Lo cierto es que A Coruña pierde una de sus tres conexiones internacionales -mantiene Londres y Lisboa- en una ruta en la que, además, no se puede alegar el criterio de falta de rentabilidad para la empresa, pues conviene recordar que, aunque solo operaba en los meses de verano, la conexión con la ciudad holandesa movió casi siete mil pasajeros el pasado año, con unos niveles de ocupación superiores al 85 %. Un sueño para cualquier aerolínea en estos tiempos de crisis galopante, por mucho que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se empeñe en querer darla por acabada.

Subidos en la noria. Las dos rutas internacionales que conserva A Coruña tampoco son firmes. El slot de Heathrow ya estuvo a punto de volar el pasado octubre y es uno de los más cotizados del mercado. Hay quien cree que IAG no tardará en hacer caja con esa conexión, cuyo precio, según algunos, podría alcanzar los diez millones de euros. En el caso de Lisboa, la desidia de TAP y la falta de compromiso con el acuerdo de trabajo, donde siguen sin instalar los reactores para operar en A Coruña, disminuye las posibilidades de renovación del mismo.

Con ese cuadro, Alvedro se halla, de nuevo, en la encrucijada. La política aeroportuaria del Ayuntamiento permitió reflotar la terminal, clave para el desarrollo turístico y económico de la comarca más pujante de Galicia, tras la debacle causada por la desaparición de Spanair y la huida de EasyJet. Air Europa permitió taponar la sangría de destinos y Vueling cubrió los huecos en la ruta a Barcelona. Tanto que se vuelve a soñar con regresar a la frontera del millón de pasajeros anuales este mismo ejercicio. Ello permitiría retomar las negociaciones para ampliar el horario operativo de Alvedro, que en estos momentos restringe las apuestas de otras aerolíneas para aprovechar sus rotaciones y hacer base en A Coruña.

Los mismos errores. Además de los contactos políticos de Negreira con el responsable de Aena, José Manuel Vargas, será importante no repetir los mismos errores que se han cometido. El peor de todos ellos es la apuesta casi en exclusiva por unas rutas operadas por una compañía. Diversificar la oferta y captar nuevas aerolíneas es clave para asentar la oferta de Alvedro. Lo contrario será una carrera de obstáculos de incierto final.

¿Un plan o un recetario de tópicos?

El plan de movilidad (PMUS) presentado esta semana era una de las apuestas fetiche del gobierno local para acabar con el segundo gran problema de los coruñeses, tras el paro. De lo visto, mejor dicho, de lo oído, porque aún no hay rastro del preciado documento, pocas novedades se pueden extraer. Parece de sentido común que para reducir el tráfico rodado haya que aumentar el uso del transporte público, pero, a pesar del esfuerzo divulgador de la edila Begoña Freire, de momento, no hemos podido saber cómo se acometerá semejante desafío. Lo que ha trascendido es un recetario de sentido común, pero nada de plazos concretos y, mucho menos, de las cifras que habrá que desembolsar para evitar que el documento se quede en otro estudio más que duerma en un cajón. A poco más de un año para las elecciones municipales, será difícil pasar de la fase de alegaciones. Toca escuchar ahora las aportaciones de los principales agentes afectados, aunque una cuestión es digna de aplauso, por primera vez se ha preguntado a más de un millar de anónimos ciudadanos su opinión de un plan antes de lanzarlo al debate. A ver si sirve para que haya más consenso.