Historia de una gran trapallada

eduardo eiroa / xosé v. gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El hilo que siguió De Lara la llevó de un burdel en Lugo a los despachos de María Pita

23 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las escuchas telefónicas, decía no hace mucho un juez, son como las cerezas. Una vez pinchado el primer teléfono, los delitos van saliendo encadenados uno tras otro, igual que los frutos del cesto. La Pikachu es, en esencia, el último puñado de cerezas de un gran cesto que la jueza de Lugo Pilar de Lara Cifuentes lleva vaciando meticulosamente desde el año 2008, y que está removiendo los cimientos de los despachos de los más importantes ayuntamientos gallegos.

¿Cómo empezó la actuación de la jueza?

Corría el año 2008 cuando una inmigrante ilegal denunció en Lugo haber sufrido malos tratos en una casa de alterne, el Queen?s, en el polígono de O Ceao. La magistrada le metió el diente al caso y en la investigación apareció mucho más que sexo. Por aquel antro desfilaban policías, políticos, empresarios, guardias civiles y otros ejemplos de la buena sociedad local. Arrancaba entonces la operación Carioca, que salpicaría a más de 80 personas en Lugo

¿Cómo se pasa de una operación a otra?

Los jueces encargan los pinchazos telefónicos a algún cuerpo de seguridad del Estado. De Lara lo hizo con Aduanas. El primer pinchazo solo se ordena cuando hay indicios de delito. Desde ahí, los agentes van grabando. Si pasado un tiempo no aprecian actividad delictiva, lo dejan. Si la hay, la jueza prorroga las escuchas. Si al otro lado del hilo aparecen personas que podrían estar cometiendo delitos por sus declaraciones, cualquier juez tiene la obligación de investigarlo. Generalmente lo hace pinchando el teléfono del interlocutor. Tirando de las cerezas de la Carioca salieron la operación Campeón -la del famoso Jorge Dorribo- y la Pokémon, una trama vinculada a contratas públicas presuntamente conseguidas bajo cuerda por Vendex. La primera explotaba en la primavera del 2011, la segunda, al año siguiente.

¿Cúando se llega hasta A Coruña?

El jefe de Vendex en Galicia es José María Tutor, que rige la firma desde los despachos que esta tiene en A Coruña, la ciudad en la que más factura de Galicia. De Lara tiene «semanas» de pinchazos a Tutor con decenas -tal vez cientos- de indicios de delito. Siguiendo a Tutor, apareció A Coruña. Un buen día, al otro lado del aparato del empresario surgieron voces conocidas. «Hola José María, soy Julio Flores»... Había nacido la operación Pikachu. La magistrada la organizó legalmente como pieza separa de la Pokémon porque todos los hechos investigados en ese caso se circunscribían a la ciudad de A Coruña.

¿Qué se descubrió aquí?

De Lara -que se sepa hasta ahora- no se prodigó en ordenar pinchazos. Es más, no constan intervenciones a concejales. En A Coruña son dos los ediles imputados, José Nogueira (PSOE) y Julio Flores (PP). En el primer caso los contactos con Tutor fueron breves y básicamente para pedirle un enchufe para su hermana. En el segundo la relación fue más larga. Por las charlas, la jueza sospecha que, además de haber arreglado un buen puñado de enchufes, Flores estaría detrás de la adjudicación presuntamente irregular al grupo Vendex del Acuario y la ORA.

¿Se queda la operación solo en la política local?

Va más allá. José María Tutor es una máquina de multiplicar imputaciones. Técnicos del IMCE -donde tiene un contrato Vendex-, municipales, del Acuario y dos asesores conforman un grupo que llega a las 19 personas en la ciudad. A esa cifra se llega sumando a los que figuran también imputados por la presunta adjudicación irregular a la empresa de la gestión del aparcamiento del aeropuerto de Alvedro, del que es titular AENA. Por ese caso está imputado el que fuera responsable económico del aeródromo.

¿Qué está probado?

El caso está en fase de instrucción, y esta no está todavía cerrada. Falta, cuando De Lara remate, que lo envíe al juzgado correspondiente para la apertura de juicio. Será entonces cuando se condene o se absuelva. Por el momento, lo que hay son indicios, algunos tan claros que la magistrada ve probado que Vendex funcionaba como una sociedad criminal que emplearía el soborno por sistema para facturar más.

¿Qué se encontró la jueza en A Coruña?

En las llamadas intervenidas se aprecia claramente que la frontera entre lo público y lo privado estaba en vías de franca disolución en la ciudad. El jefe de Vendex hablaba con total familiaridad con políticos y funcionarios. No tenía problema en conseguir que le informaran antes de los concursos de cómo -presuntamente- hacer para ganarlos. El flujo de información circulaba con total naturalidad desde determinados departamentos como Contratación, Cultura, el Acuario y el IMCE. La empresa obtenía cifras de facturación millonarias. Solo por la ORA y la grúa ingresa casi cuatro millones de euros al año. Su presencia en A Coruña es constante desde 1996, trabajando a través de filiales, especialmente Sermasa, Doal y Pau.

¿Qué daba la firma?

Solo en el listado de regalos de Navidad de Vendex figuraban cerca de 60 destinatarios de regalos de los principales partidos políticos, funcionarios de distintas escalas y un buen número de policías locales. Además, se sabe que al menos una persona recibió un regalo comprado en una conocida joyería de la ciudad, supuestamente un reloj de alta gama. Pero la parte en la que más se centra De Lara es en el del enchufismo, seguramente la principal contrapartida. Tutor bendecía con el don del empleo a quien le ayudaba. En servicios como el Ágora, gestionado por Vendex, la jueza sospecha que toda la plantilla entró enchufada. Hay docenas de llamadas de los imputados en A Coruña proporcionando nombres a Tutor o preocupándose por determinados casos. Había para todos: desde costaleros de la Semana Santa hasta técnicos del Muncyt. Las escuchas parecen dejar claro que el enchufismo era una costumbre coruñesa de larga tradición. A eso se suman otros amaños con Vendex, que -presuntamente- hasta emitiría facturas falsas, pagaría trabajos en negro y asumiría sin contrato actuaciones encargadas desde María Pita que después recuperaría, por ejemplo, facturando trabajos no hechos.

¿Cómo responden los implicados?

En sede judicial, negándolo todo en la mayor parte de los casos. El primer teniente de alcalde, por ejemplo, aseguró no reconocer su voz. La única concejala -no imputada- que reconoció mala praxis a causa de «errores», fue la de Cultura, Ana Fernández. Por lo demás, aunque las pruebas recabadas producen sonrojo, desde el gobierno local -Julio Flores, Miguel Lorenzo y Carlos Negreira- cargan contra la jueza y también contra el fiscal jefe de Galicia, al que el regidor pidió que cada uno se dedique «a lo suyo» después de que este pidiese a los políticos distinguir entre «inocencia penal e inocencia política». El alcalde y los suyos, a pesar de hacer esa recomendación al fiscal, no han dudado en meterse en terreno ajeno con críticas a la investigación de la magistrada. También han repetido sus peticiones para que De Lara dé «celeridad» al proceso, al mismo tiempo que la defensa de Flores trata de que el caso se traslade a A Coruña. Podrían lograrlo, pero si no lo hacen solo conseguirán alargar el procedimiento. Eso sí, con todo por aclarar y en medio de las críticas el gobierno sigue ofreciendo «total colaboración» y «puertas abiertas». El caso todavía no está cerrado y no se descartan más imputaciones.

análisis qué es la operación pikachu