Manuel Toja Toja, Piticas, desde siempre, pero sobre todo desde que se jubiló en diciembre, sustenta las bases de su felicidad sobre dos principios fundamentales, «a saúde e a muller e máis os tres fillos»; una pasión, «a música», y una actitud vital, «o optimismo».
Este laxense, marinero desde los 11 años y aficionado a cantar desde que tiene uso de razón, es la voz del grupo O Tren da Unha, uno de los integrantes de la coral Atalaya y el alma de la fiesta allí donde se encuentre. «Sempre trato de que a xente que está ao meu carón se sinta a gusto, estea rindo e sexa feliz. Por iso en canto vexo un grupo de persoas que me dá mal rollo ou que nada máis que conta penurias, escóitoos, máis se son amigos, pero en canto podo, escapo», asegura.
Su éxito llega más allá de los escenarios, donde O Tren da Unha está triunfando este verano y llega incluso a la orilla del mar. «Onde estou, case sempre me toca cantar ou facer algo por divertir á xente. Agora ao final, que andaba ao percebe, viñan todos escoller o marisco a xunta min, porque lles contaba chistes e as miñas anécdotas», añade.
Con todo, Piticas también reconoce que ha llevado palos, como la muerte de sus padres, «que foi moi dura», pero siempre trata de buscarle «o lado optimista, porque é o que levamos deste mundo e a vida ten data de caducidade».
Para aprovecharla al máximo, lo que hace es ponerse el chándal a las nueve de la mañana y caminar «só polo monte» unas tres horas diarias. Tantas que sus hijos «quedan asombrados coa marcha que ten o vello este».
Manuel toja, «piticas» músico y marinero
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disculpen, yo soy feliz