La fiesta toma toda la ciudad

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Un tanque de guerra, la sidra y la artesanía abarrotaron el centro

07 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La milla festiva. Esto era ayer el espacio que va de la plaza de Mina a la de María Pita. Pasada la una de la tarde, un grupo de participantes en el desfile Ariete 2011 reponían fuerzas en una jamonería de la zona. Poco a poco se fue preparando un desfile en el que había desde ocho jinetes hasta un tanque, pasando por un par de coches de mediados del siglo pasado a varias motos con sidecar. Una familia polaca observaba cómo se formaba la comitiva en Juana de Vega. Varias dotaciones de la Policía Local lograban que apenas se produjeran retenciones. Olía a gasolina de los viejos coches, las motos y los vehículos militares.

Los libreros salían a curiosear el desfile que se dirigía hacia María Pita. Los móviles de curiosos y turistas no paraban de disparar. Desde lo alto de la entrada del salón del cómic Tintín era uno de los personajes que observaba cómo una de las motos con sidecar tenía problemas y era remolcada por otra.

Al llegar al Obelisco uno de los indignados se colaba en la comitiva con una bandera de España. A alguno de los mandos militares que desfilaba no le gustó y murmuró algo sobre el derecho a su imagen; tampoco gustó la flor que otro de los indignados puso en el cañón del tanque. «¡Quita de ahí la flor!», ordenaron a un desconcertado crío que iba en el tanque. La flor acabó en el suelo. Por un momento, detrás de las casetas de artesanía, parecía que John Lenon estaba a punto de moverse para empezar a cantar Imagine.

«¡Puxa Asturias!», gritó uno de los participantes en el desfile al paso de un grupo folclórico asturiano. Y es que en las casas regionales se celebraba ayer el Día de Asturias, con abundancia de sidra, bollos preñados y numerosa afluencia de público.

Al llegar a la plaza de María Pita, los carteles recordaban los coches antiguos (que ayer estaban en Betanzos) o las actuaciones de Manicómicos. Del Ayuntamiento salían la coruñesa María y el sueco Larson, recién casados; los petardos lanzados por los invitados precedieron la recreación del rodaje de la toma de París por los aliados, «una escena de la película Arde París», explicaba a los numerosos curiosos Manuel Arenas, con un megáfono. Pero ayer el título real era Arde A Coruña, en fiestas.